Acoso en el Normal 2: le suman el botón antipánico a la perimetral

Ahora piden que se lo obligue a una capacitación en género. En tanto, se espera la intervención en el colegio de la Comisión ESI

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Finalmente, la Justicia dictó la implementación del botón antipánico en el caso de la alumna del Normal 2 que sufrió primero un abuso y luego acoso sexual por parte de un compañero de colegio.

Ese mecanismo preventivo había sido solicitado junto con una restricción perimetral (instrumentada un par de semanas atrás) y una capacitación en perspectiva de género a cumplir, ambas, por el imputado.

La situación de acoso planteada por la chica a su familia, compañeros de clase y autoridades del colegio secundario de diagonal 78 entre 4 y 5 despertó el apoyo masivo del alumnado, que llevó adelante, a mediados de marzo pasado, una sentada en el establecimiento educativo que, con la consigna “No es No”, le exigieron respuestas a los directivos. También participaron de la manifestación algunos padres de los estudiantes y docentes.

A partir de ese hecho, que coincidió con otros episodios similares en distintas escuelas de la Región y de la Provincia, la dirección de Cultura y Educación bonaerense creó la Dirección de ESI (Educación Sexual Integral), organismo con el que se busca, a partir de un programa de carácter nacional, prevenir aquellos casos en que se pongan en riesgo la integridad de las y los estudiantes.

En el caso del Normal 2, según la denuncia penal presentada por la abogada especializada en Niñez y Adolescencia, Fabiana Rogliano, se trató de compañeros de colegio que, en principio, mantenían una relación consentida. La chica advirtió ciertas actitudes de maltrato y terminó con el noviazgo. A partir de ahí el varón habría comenzado con un acoso sistemático que consistió en perseguirla y en contar en público cuestiones que pertenecían a la intimidad de la pareja.

“Esa situación le generó una angustia tremenda; tuvo que ir a terapia. Pero lo peor es que no hubo respuestas por parte del colegio. Por eso, iniciamos una denuncia penal para pedir el cese del hostigamiento. Habíamos pedido a la Justicia, además de la restricción perimetral, el botón antipánico, y no dio a lugar en esa instancia, por lo que tuvimos que reiterar el pedido. Ahora ya ordenaron su implementación. Falta entonces que se le exija al imputado una capacitación en género”, indicó Rogliano.

Perimetral y botón antipánico

Hace un poco más de una semana, la Justicia impuso una medida de restricción de contacto al alumno con el objetivo de preservar a la chica que denunció la situación de acoso. La decisión judicial de obligar al alumno a mantenerse más allá de los 100 metros de distancia de la chica tiene un amplio alcance, pues el adolescente (que ya no asiste a ese colegio) debe cumplir la medida en cualquier lugar en el que se encuentre la estudiante del Normal 2, y además, tiene muy pocos antecedentes.

El botón antipánico funciona de manera complementaria con la restricción perimetral, pues si el joven intenta acercarse a la chica ella puede activar el dispositivo y en pocos minutos, a través del teléfono 911, llega la Policía.

Estas medidas con las que se busca restringir el acercamiento del joven a la alumna fueron dictaminadas por el Tribunal de Garantías del Joven Nº 3.

A partir de la protesta de los alumnos y las alumnas, se reunieron todos los actores de la comunidad educativa (estudiantes, familias, docentes, directivos). Se acordó, entonces, crear una comisión de ESI para instrumentar un dispositivo de abordaje preventivo de este tipo de problemáticas.

El programa nacional de Educación Sexual abarca toda la complejidad de la temática, por lo que incluye aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos en materia de sexualidad.

El caso de acoso del Normal 2 es uno de los tantos que aparecieron en este ciclo escolar 2022. Otros reclamos en esa misma línea se presentaron en el colegio industrial Albert Thomas, el secundario San Miguel y el Don Bosco de Ensenada.

Un pedido de una perimetral se conoció el año pasado en el barrio La Unión. La familia de una adolescente de 16 años radicó una denuncia para protegerla del acoso y amenazas reiteradas por parte de un joven de 17, quien concurría a la misma escuela que ella y era del mismo barrio que la chica.

 

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