La Justicia condenó a 35 años de prisión a un expolicía acusado de abusar de sus hijas

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El Tribunal Oral en lo Criminal Nº 5 de La Plata condenó a 35 años de prisión al expolicía de Los Hornos, Rubén Alfredo Padrón, acusado de abusar sexualmente de sus tres hijas cuando eran menores de edad.

El juicio comenzó el pasado 13 de abril, en el Fuero Penal de La Plata, y ayer se dio a conocer la decisión de los jueces Carmen Rosa Palacios Arias y Augusto Ezequiel Medrano. Padrón fue declarado culpable del delito de abuso sexual agravado por el vínculo perpetrado hacia sus hijas e hijastras en el hogar, pero también en dependencias policiales.

La representación legal de las denunciantes estuvo a cargo del abogado José Sada, quien solicitó una pena de 50 años. Por su parte, la fiscal de juicio, Rosalía Sánchez, había solicitado 37 años para el acusado.

“Logramos que le otorguen 35 años de condena. Fue gracias a la fundación Defendiendo Nuestros Derechos, que nos encontró en este momento tan difícil”, expresaron las hijas del condenado a través de un video publicado en las redes sociales.

Y agregaron: “Animensé, no creíamos que íbamos a llegar tan lejos. Lo dudamos un montón por miedo, pero agradezco la gota que rebalsó el vaso, cuando me harté y decidimos condenarlo, socialmente y judicialmente”.

“Fueron dos años de lucha incansable. No habrá una nueva vida, pero sí reparación. Gritamos todas juntas cuando el Tribunal dio la sentencia. Esperábamos menos pero a la vez queríamos más“, sostuvo Vanesa Baligán, presidenta de la fundación que colaboró en la causa.

Los terribles hechos comenzaron cuando las víctimas eran pequeñas. De acuerdo al crudo relato de Ornella, una de sus hijas, el hombre “las manoseaba, les hacía sexo oral, las obligaba a tocarlo, las bañaba y tocaba en la ducha, las forzaba a besarlo mientras lloraban, las penetraba y eyaculaba sobre ellas”.

Vale recordar que Rubén Alfredo Padrón trabajó en varias dependencias de La Plata como funcionario de la fuerza de seguridad.

Desempeñó tareas en el Hospital de Niños, en el Hospital Policlínico San Martín, en la Jefatura de Policía, en la línea 911, en la planta transmisora, y en algunos bancos como guardia.

Actualmente, las hermanas están intentando reconstruir su vida, tuvieron que mudarse y conseguir un nuevo hogar, según explicaron.

“La vida nos pesa muchísimo, a veces abrimos los ojos y simplemente no queremos existir más, pero seguimos de pie, por nuestros hermosos hijos que necesitan que jamás les soltemos la mano como nos hicieron a nosotras“, expresó Ornella.

 

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