Una liberación
Edición Impresa | 12 de Junio de 2022 | 03:10

Diana Bonsignore (*)
La llegada de la denominada Ley del Divorcio se sintió como una liberación desde que se implementó, para todos aquellos que, a partir de esa norma, pudieron separarse en términos legales. Si bien se dice comúnmente que “segundos platos” nunca fueron buenos, está segunda oportunidad que abrió la ley para millones de personas en el país permitió que las nuevas parejas que se formaron pudieran hacerlo desde otro marco y queden mejor conformadas. Por eso debemos agradecer esta ley, que fue como un “permitido social” para todos aquellos que iniciaron una relación “hasta que la muerte los separe”, pero que por las circunstancias que sea se dieron cuenta en el camino que esa relación no estaba funcionando y pudieron culminarla en el marco de la ley.
Estar unidos hasta que la muerte nos separe es un concepto que afecta mucho a la sociedad, tanto a hombres como a mujeres. Es más, las personas católicas no aceptaban rehacer otra relación de pareja, salvo que uno de sus integrantes estuviese muerto.
Cuando sale la ley del divorcio, se pueden rehacer relaciones de pareja más estables. A veces, la primera elección de pareja -en ocasiones basada en situaciones adquiridas desde la infancia-, terminaba en una mala relación, en la que se repetían conflictos, casos de violencia de género, alcoholismo, infidelidad o abandono. Y para esas personas que padecieron situaciones conflictivas, las segundas oportunidades, después del divorcio, permitieron hacer nuevas elecciones de parejas más conscientes, conociendo más al otro, donde se pudo juntar lo sensitivo, por ejemplo tener piel, con lo pensado, lo conocido, lo reflexionado.
(*) Psicóloga de familia / Escritora
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE