Eccemas en la piel: qué remedios caseros ayudan a combatirlos
Edición Impresa | 5 de Junio de 2022 | 04:14

La piel está enrojecida, a veces también algo hinchada. Puede ser que esté escamosa o supure. A veces se forman ampollas o nódulos. Y, sobre todo, pica, todo el tiempo y de manera casi insoportable.
Estas molestias son indicios de un eccema. “Casi toda persona lo padece alguna vez en la vida”, dice la médica clínica Marion Moers-Carpi. Un eccema de este tipo no es contagioso, porque no intervienen virus o bacterias.
Se diferencian dos tipos: eccema endógeno y exógeno. Los eccemas endógenos son de origen genético y muchas veces aparecen en párpados o también en codos o rodillas. Un ejemplo conocido de un eccema endógeno es la neurodermatitis o dermatitis atópica.
También se encuentran eccemas exógenos. “En esos casos, la piel se inflama como consecuencia de una reacción alérgica”, explica el dermatólogo Hartwig Mensing. Con un llamado eccema de contacto, la piel puede reaccionar, por ejemplo, al níquel, que aparece en muchas joyas y bisutería. También los perfumes pueden ser el detonante.
En principio, los eccemas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. “En la cara o en las manos aparecen con especial frecuencia”, indica Mensing.
Así existe por ejemplo el llamado eccema seborreico. Aparece en la piel del rostro o también de la cabeza y se distingue por escamas amarillentas, grasosas, debajo de las cuales la piel está roja. En el llamado eccema dishidrótico, en cambio, se ven ampollas que escuecen en las manos o a veces también en los pies.
En algunos casos también se inflaman los pliegues de la piel, por ejemplo, debajo de las axilas, del pecho femenino o de las nalgas. En medicina, esto se llama eccema intertriginoso. A menudo se produce una infección adicional en la piel con hongos o bacterias.
Quien detecte un eccema en su cuerpo, no necesariamente debe acudir al médico. En muchos casos pueden ayudar remedios caseros a que las molestias en la zona afectada se reduzcan.
“Por ejemplo, pueden ayudar compresas con té negro frío”, aconseja Moers-Carpi. Para ello, se prepara té negro, se lo deja enfriar y se lo coloca en la heladera. Luego, se mojan discos de algodón en el té frío y se frota con él suavemente la zona afectada. Los taninos contenidos en el té negro alivian el picor.
Quien tienda a la piel seca y tenga un eccema, puede recurrir a una emulsión con urea. Estas, en muchos casos, dan alivio, según Mensing.
En el caso de eccemas que supuran mucho, en cambio, no debería colocarse una pomada grasosa, sino más bien una crema acuosa. “Lo mejor en el caso de trastornos supurantes en la piel también es recurrir a compresas húmedas”, recomienda Mensing. Eso acelera el proceso de sanación.
Si a pesar de estos remedios caseros después de una semana no hay mejoría, entonces sí se debería recurrir al médico.
En general, si este comprueba que se trata de un eccema, suele recetar una crema que contiene cortisona. “En eccemas que causan molestias fuertes, el paciente suele tomar medicación adicional”, dice Mensing. Eso pueden ser, por ejemplo, antihistamínicos, es decir, medicación que también se toma contra la alergia. (DPA)
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