Lo primero es la familia
Edición Impresa | 5 de Junio de 2022 | 04:26

Pedro Garay
pgaray@eldia.com
Durante años, décadas, la familia argentina se reunía frente al televisor, en el horario central, para ver a otras familias, sus problemas cotidianos, sus romances, sus decepciones. Y lo mismo ocurría en Estados Unidos: algunas de aquellas ficciones (de “Alf” a “Blanco y Negro”) nos llegaron, pero eran tiempos todavía de canales de aire y producción nacional.
Pero los dramas familiares parecieron extinguirse, sin embargo, con el avance de las plataformas de streaming, que impusieron otro tipo de contenido: buscando impacto e intentando distinguirse de esa “vieja televisión”, apostaron a grandes presupuestos, grandes producciones, que llevaron la ficción al terreno de la acción, los narcos, la fantasía, los tiroteos, la magia. Esa forma de hacer ficción pareció también confundir adultez con oscuridad: en ese afán de mostrarse distintas, “evolucionadas” ficciones para una nueva audiencia, más madura, las familias televisivas pasaron a tener secretos escabrosos, alcoholismo, abusos y relaciones tóxicas. Fue una necesaria revisión de ciertos valores familiares que la tevé tradicional había ayudado a consolidar, pero una revisión extrema, cínica, que exterminó de la tevé el costumbrismo de clase media, ese vicio de la tevé de aire con sus presupuestos módicos.
Y entonces, “This Is Us”: la ficción que enamoraría al mundo entero, un drama familiar profundo contado a lo largo de varias generaciones, es, lógicamente, una producción de un canal de aire, y cuando apareció en 2016, pico de la tevé “de prestigio”, fue considerada demodé, un melodrama de otros tiempos. Pero a fuego lento, a puro golpe emotivo, con sutileza y, sobre todo, con amor por sus personajes, cocinó adeptos que ansiaban ver historias de gente común, gente como uno, con problemas que no transcurrieran en mundos inventados o en medio de batallas de drogas. La pandemia terminó de cimentar a “This Is Us” como un lugar que la audiencia amó habitar, una serie cálida y emotiva que nos devolvía la familia, una familia como la nuestra, en tiempos de separación.
Pero “This Is Us” no es mero gesto retro, un abrazo final a una época que se fue: toma aquella forma de lo que en Argentina fue la tira diaria y en Estados Unidos el drama semanal, ese melodrama familiar, pero lo actualiza, tanto en su forma, que le permite contar la historia desde presente, pasado y futuro y construir personajes más profundos, más justificados en sus acciones; como en su contenido, con tramas que abarcan una multiplicidad de problemáticas modernas y que no muestran a la familia de forma naif. Al final, demuestra lo que todos supimos siempre: no hacen falta dragones ni estrellas de rock o seres superpoderosos, la vida nuestra de cada día alcanza y sobra como gran aventura.
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