El cordón hortícola se desplaza: una marca local va al sur y hacia “afuera”

La Plata es reconocida por el desarrollo de su producción agrícola, por su vasto cordón verde que abastece no sólo las mesas de la Región sino también las de ciudades del país bien alejadas. Por diversas razones, en aquellas zonas históricas de cultivos, como Abasto, Etcheverry, Olmos, Romero y Arana, la actividad rural decae y crecen las familias de quinteros que buscan mejores horizontes en tierras de Magdalena y Brandsen. En casos extremos, según señalan en el sector, la migración llega a campos de municipios como Olavarría y General Belgrano.

Hasta mediados de la década del 90, la mayor parte de la producción hortícola se realizaba de manera tradicional, es decir, a campo abierto, con muy poco sembradío en invernáculos. Las verduras cultivadas bajo cubierta (sobre todo las de hoja fina que empezaban a incorporarse en el mercado con una nueva estética) se destacaban por entonces en las zonas de El Peligro -La Plata- y El Pato -Berazategui-. Con el tiempo, en esas “manchas” verdes de la Región, se fueron especializando en lechuga, radicheta, ciboulette, rúcula, rabanito, berro y escarola.

“Al principio -cuenta Salvador Vides, nacido y criado en Tarija, Bolivia, y llegado a Lisandro Olmos en febrero de 1994 para radicarse definitivamente-, a los productores tradicionales aquella manera de sembrar la lechuga, linda a la vista, les parecía un disparate por lo costoso que resultaba. Después, a mediados de 2000, ya la producción se transformó a pleno bajo cubierta y en todos lados, El Pato, El Peligro, Olmos, Abasto, Etcheverry. Ahora ya traspasa los límites del partido de La Plata”.

Por su larga trayectoria en el sector agrícola, Vides, que fue peón, luego mediero y desde 2000 alquila una porción de tierra, fue testigo de la transición de los productores antiguos, de origen italiano, español, o portugués y sus descendientes, a los actuales, la comunidad boliviana. En ese recorrido pudo apreciar las transformaciones del trabajo rural, la expansión de la actividad y en los últimos años el “éxodo” de una buena parte de quinteros que no pudo seguir afrontando los aumentos en el precio de la renta o que tuvo que trasladarse a otra zona porque en la que estaban se emplazaban desarrollos inmobiliarios. “Por esos motivos, las familias se están moviendo del núcleo productivo platense y se ven grandes extensiones de cultivos por la Ruta 6, hacia el lado de San Vicente, y por la ruta 34. En algunos casos, las tierras no son muy buenas y en otros casos sí y entonces ahí se radican”, explica el productor de Olmos.

Falta, según Vides, que “se resuelva una zonificación en la que se le dé la importancia que merece la producción hortícola; eso es algo que está pendiente”. En su opinión, “si bien son interesantes económicamente los loteos para urbanizar, también tendría que haber incentivos para aquel que tiene la tierra y la quiera alquilar; algún tipo de exención impositiva que estimule a que se mantenga la zona de producción, porque hay que alimentar a la población”.

Dedicado él y su familia extendida a la floricultura en la zona de Estancia Chica, Silvio Pérez sostiene que en los últimos diez años el achique de tierras cultivadas ha sido “muy fuerte” y en ese sentido menciona Arturo Seguí, Romero y Olmos como las zonas donde más se da la merma del trabajo rural. “Es por la gran presión inmobiliaria y por los precios de los alquileres: hoy sostenerlo es casi imposible, porque además hay que sumarle los aumentos de los insumos, que están dolarizados”, indica el productor de Abasto.

LE PUEDE INTERESAR

Del deterioro en Lengua de la Primaria no se salvó ninguna de las provincias

LE PUEDE INTERESAR

Entre consultas y nuevos proyectos repunta el alquiler de locales

Pérez y su familia producen en una fracción que alquilan en 202 y 472 rosas, astromelias, san vicente, lisianthus, fresias, isófilas. Dejaron de cultivar claveles por el alto costo de producción y cada vez más siembran sus propias plantas, reproducciones por gajos, injertos o raíz, según la especie.

Quien no posee la tierra la trabaja con la posibilidad de dos modalidades: la medianería o el alquiler. La primera opción se mantiene en gran medida en la Región, sobre todo, por “usos y costumbres”, asegura Vides. En ese tipo de contratos el productor interviene en algunos gastos de la actividad mientras que el propietario del campo aporta la tierra y el mediero hace el trabajo. Las partes pactan porcentajes de costos y de ganancias. En cambio, al arrendar la fracción el rinde o la pérdida es para quien la siembra.

Un proyecto con polémica

En el Concejo Deliberante platense se discute una iniciativa impulsada por el oficialismo que apunta a prohibir perforaciones para el riego en las zonas productivas de la Ciudad. La presentación busca, según se explicó, “proteger el acuífero Puelche”, pues aseguran los especialistas que es el único en la Región libre de contaminación. Desde la oposición, concejales del Frente de Todos sostienen que el proyecto perjudicaría al sector hortícola, sobre todo para el mantenimiento de los invernaderos, un sistema de producción que, como se dijo, avanzó con fuerza en la Región.

Se habla de un cambio de sujeto agrario y de sistema de producción en las últimas dos décadas

Un proyecto que rechazan los quinteros limitaría el uso del agua y los invernaderos

A raíz del proyecto, que ya tuvo su primer debate en el Concejo, este martes se movilizará a Plaza Moreno un grupo de productores que afirma que “el Municipio nos pone entre la espada y la pared con la prohibición de sacar agua de pozo”.

Según la información que maneja el sector, “esa ordenanza limitaría el uso del agua y la instalación de invernáculos en la zona que va desde 137 hacia el límite con Brandsen y desde la 90 hasta el límite con Magdalena”. Se trata, justamente, de la zona que se ha ido radicando la actividad hortícola en los últimos años.

Frente a la iniciativa, los quinteros señalan que “si se interesan tanto por el medio ambiente deberían pensar en un trabajo más concienzudo que sería el de una planificación, una zonificación para los sectores productivos”.

Integrante de la Asociación Protectora del Agua de La Plata, Poblet y Oliden, Bernardo Mendy es uno de los vecinos que respalda el proyecto comunal de restringir el uso del riego con extracción de los pozos para nutrir los invernaderos porque, explica, “mientras crece la actividad hortícola se afecta una zona de recarga del acuífero Puelche que debe resguardarse”.

Justamente, por la preocupación que genera el avance de los invernáculos en el sector de la cuenca del arroyo El Pescado (el único curso de agua no contaminado en toda la Región), a un costado de la ruta 36 y hacia el partido de Magdalena, la ong pidió informes a la Municipalidad y esta a su vez solicitó un dictamen de la Autoridad del Agua -ADA-.

Según la evaluación del organismo provincial, “la cuenca alta y el sector de divisorias de aguas con el río Samborombón son por excelencia las zonas en donde se realiza la recarga de los acuíferos debido a que presentan un menor grado de desarrollo de la red de drenaje, hecho que favorece el proceso de infiltración por sobre el de escurrimiento”. Luego de analizar imágenes satelitales de la zona, el ente de contralor de la hidrología provincial indicó que en 2013, en ese sector “primaban las actividades agrícolas ganaderas, mientras que en los últimos años se observa un cambio respecto del uso de suelo, dado por la colocación de invernáculos y la siembra hortícola en sectores que antes estaban destinados a siembra directa y/o pastoreo”.

Según precisó en el informe la ADA, ese cambio progresivo de uso del suelo “tiene asociado un aumento en la impermeabilización en sectores destinados a horticultura por invernáculos y no un aumento de la escorrentía superficial”.

“Sabemos que es un tema sensible para la horticultura, porque es una actividad que involucra muchas hectáreas y a muchas personas; por eso no es nuestra intención desfavorecerla, pero necesitamos hacer foco en la necesidad de protección de la zona de recarga del acuífero”, puntualizó Mendy.