Necesidad de facilitar un menos costoso acceso de la gente a los medicamentos

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De la mano de una inflación que no da tregua, el valor de los remedios en nuestro país no deja de crecer, con subas cercanas al 50 por ciento en relación al año anterior, en una situación que por supuesto plantea serias inquietudes a la población. Está claro que tanto el Estado como el mercado debieran hallar fórmulas para garantizar el acceso de la gente a los medicamentos. Se habla, claro está, del inalienable derecho a la salud que tienen todos los habitantes.

Al mayor costo de los medicamentos se suma, de acuerdo a lo señalado por los operadores, la preocupación por el ingreso de insumos provenientes del exterior, en una situación que genera incertidumbre entre no pocos pacientes y que, según se informó en este diario, es tema de negociaciones entre autoridades nacionales y representantes del sector farmacéutico.

“Hasta mayo los medicamentos habían aumentado por debajo de la inflación, pero también hay que abordar las coberturas de las obras sociales porque algunas cubrían el 40 por ciento y cambiaron, de modo que eso impacta en los afiliados”, dijo la presidenta de la Confederación Farmacéutica Argentina (CoFA).

Según se estimó, hay subas cercanas del 50 por ciento si se comparan los valores del primer trimestre de 2021 con el primer trimestre de este año. En algunos casos puntuales, los incrementos fueron más elevados, aunque no existen muchas precisiones.

Asimismo, en el encuentro sostenido con autoridades del área de Salud y de Comercio, los representantes de las cámaras y laboratorios de farmacias expusieron las dificultades que atraviesa el sector, como las vinculadas con la situación actual del comercio exterior y de su impacto en la actividad local.

Se planteó, además, la necesidad de que se aplique la resolución 27/2022 del ministerio de Salud sobre los precios de referencia de 85 principios activos utilizados en patologías crónicas prevalentes.

Por su parte, desde el Colegio de Farmacéuticos platense su presidenta señaló que los precios de los medicamentos, en líneas generales, acompañaron a la inflación, registrándose algunas faltas de antibióticos vía oral, algunos analgésicos y antitérmicos, entre otros productos. “En las farmacias financiamos el sistema de salud porque recibimos los pagos de las obras sociales a 60 días, pero a las droguerías les tenemos que pagar como máximo, a los 15 días. Todo eso con el nivel de inflación que hay se nos hace muy complicado”, concluyó.

No es esta la primera oportunidad en la que, por una u otra razón, los medicamentos se convirtieron en productos demasiado caros para el ingreso promedio de los habitantes, así se hable de personas afiliadas a la obra social y, mucho más, de quienes no cuentan con una mutual que les haga accesible la compra de remedios.

La salud es un bien inalienable, un derecho esencial cuya atención debiera encontrarse garantizada sin excusas y es aquí en donde debiera verse la presencia del Estado, en su rol de garante de que toda la población pueda acceder a los medicamentos, extremando esfuerzos en la búsqueda de acuerdos.

Por su parte, el mercado debe permitir que los habitantes tengan, disponibles y a precios razonables, los medicamentos que su estado de salud reclama. Como en las anteriores ocasiones, el problema está planteado y no debe perderse tiempo en hallar soluciones.

 

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