Alimentación en la tercera edad: ¿Qué necesita el organismo?

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A las personas mayores se les suele cerrar el apetito, a algunos también les resulta difícil masticar y tragar. Sin embargo, el cuerpo necesita ciertos nutrientes aún más en la vejez.

Verduras y frutas, más pescado que carne, un poco de nueces, son algunos de los consejos que brindan los expertos para la dieta preferentemente mediterránea de las personas mayores. Y cocinar básicamente con aceite de oliva.

Una dieta saludable para las personas mayores no parece en principio tan distinta de la de las personas jóvenes. Pero con una diferencia decisiva: “Si la persona mayor se mueve poco, o sea que gasta poca energía, entonces necesita menos calorías, pero la misma cantidad de micronutrientes”, explica el profesor Rainer Wirth, presidente de la Sociedad Alemana de Geriatría (DGG por sus siglas en alemán).

Entonces, la regla a aplicar es que “tiene que comer menos cantidad, pero desde el punto de vista de la densidad de los micronutrientes la comida tiene que ser de alta calidad, porque allí la necesidad no se modifica”, explica Wirth.

No se puede determinar de forma generalizada cuándo comienzan a disminuir las necesidades calóricas. “Depende más de la actividad física que de la edad real”, explica el especialista.

Porque, por ejemplo, hay personas octagenarias que están muy activas y practican deporte. “Pero otros con 70 están muy cómodos o enfermos de manera crónica, por lo que ya no pueden moverse mucho”, señala Wirth, quien también es director de la clínica de medicina geriátrica y rehabilitación temprana en el Marienhospital Herne.

En caso de largas fases de enfermedad con convalecencia en cama, los ancianos pueden perder mucho peso. Y esto es delicado, porque no lo recuperan tan rápidamente como las personas jóvenes.

Y si se suma una nueva fase de enfermedad, vuelven a perder algunos kilos. De esta manera, a lo largo de un par de años pueden perderse entre diez y 15 kilos.

“Nunca se trata solamente de una pérdida de masa grasa, sino también de musculatura”, advierte Wirth.

Frecuentemente comienza entonces un círculo vicioso: si la musculatura retrocede debido a la edad, la pérdida de músculo aumenta considerablemente en caso de malnutrición. Esto, a su vez, empeora la movilidad de las personas mayores.

Y si el suministro de energía y proteínas tiene falencias, el sistema inmunitario suele resentirse y la cicatrización de las heridas se deteriora.

Con la edad, se necesita más entrenamiento e ingesta de proteínas para poder desarrollar musculatura. Las personas mayores, en particular, necesitan proteínas para fortalecer sus músculos.

Las fuentes de proteínas son los alimentos de origen animal, como la carne, el pescado, los huevos y los productos lácteos, pero también las legumbres. El calcio contenido en los productos lácteos también es importante para los huesos.

Si faltan proteínas en la dieta o los ancianos han perdido peso, Wirth aconseja recurrir a alimentos especiales, como el pan rico en proteínas. También hay yogures o quarks proteicos en el supermercado. (DPA)

 

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