Perpetua para la policía que mató a su compañera por salir con su ex

Claudia Pérez es la policía mendocina que fue condenada a cadena perpetua este jueves por asesinar a su compañera en noviembre del año pasado, por salir con su expareja. Los tres involucrados compartían profesión y lugar de trabajo. 

Claudia Pérez mantuvo una relación con Juan Pablo Romera durante nueve años pero en octubre del 2021 se separaron. Un mes después, el efectivo policial confirmó su relación con Nidia Ángulo, la víctima fatal y también policía. 

Meses después de iniciado el noviazgo, se fueron a vivir juntos en una casa compartida con los hijos de ella. Esto alteró a Pérez, quien ya cargaba con una orden de restricción a nombre de Ángulo por las constantes amenazas que recibía de su parte. 

Todo ocurrió en la subcomisaría El Sauce, en Guaymallén, Mendoza. “Destruiste una familia”, “Te metiste en el medio”, eran algunos de los mensajes por los que Ángulo decidió denunciar y bloquear a su compañera. 

La Justicia, por medio de un juicio abreviado y la admisión de culpabilidad de la acusada, determinó que enfrentará cadena perpetua desde este este jueves por “homicidio agravado por alevosía, por uso de arma de fuego, por el estado de indefensión de la víctima y por el vínculo transversal en concurso ideal agravado”, este último en relación al vínculo que Ángulo mantenía con Romera. 

No solo había una culpabilidad admitida en el juicio contra la acusada. También había amenazas que la pareja recibió desde que comenzaron a salir y tenía restos de pólvora en sus manos después de la aparición del cuerpo. 

El asesinato ocurrió el 18 de febrero de este año a las 7 de la mañana, dentro de la dependencia policial El Sauce. Dos efectivos entraron al lugar de descanso tras un recorrido y vieron a la víctima, pensando en un primer momento que estaba dormida.

Rápidamente ubicaron rastros de sangre y comenzó el final de Pérez. Trasladada a un hospital cercano, un médico constató la muerte de Ángulo: tenía un disparo en la cabeza. 

Las investigaciones se dirigían a un posible suicidio pero la gran incógnita era el arma empleada, la cual hasta hoy no se encontró, junto con el celular de la víctima. El padre de los hijos de Ángulo y la ex pareja de Pérez fueron detenidos preventivamente, igual que la condenada, ya que tenía una orden de restricción. 

Las horas antes fueron claves en la investigación para saber qué pasó. Romero había recibido amenazas concretas de su ex pareja e insultos. “La vas a tener que llorar en un cajón”, le dijo, entre otras cosas.

Romera insistió con la peligrosidad de sus palabras pero ella hizo caso omiso: “Terminaré en la cárcel o terminará en Charly 11”. Esta última referencia es una frase en la jerga policial que se utiliza cuando hay un crimen y el mensaje que la condenó a prisión de por vida. 

El policía declaró en la Justicia que no denunció ese hecho ya que Ángulo se lo había pedido pues, con las denuncias involucradas, “nos iban a sacar el arma reglamentaria y no íbamos a poder prestar servicio”. 

Tras un llamado de su cuñada, pidiendo por el paradero de su hermana porque “sabía” que algo le había pasado, comenzó la pesadilla hasta descubrir la verdad. Al acercarse a la comisaría, sin poder obtener información entre llamados telefónicos a diferentes superiores, le informaron sobre lo ocurrido y quedó aprehendido.

 

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