Estudiantes del interior: con poca oferta habitacional y un alto costo para sostenerse

En un escenario de “desesperación” por encontrar alojamiento, los alquileres de un monoambiente arrancan cerca de los $50 mil. Y las pensiones, más económicas, tienen una altísima demanda. El presupuesto mensual para estudiar, unos $100 mil, mínimo

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Antonela Cipareli Moreno

aciparelli@eldia.com

En vísperas del inicio de otro ciclo académico, en las inmobiliarias y pensiones coinciden en marcar un fuerte nivel de demanda de alojamiento, aún en un escenario de costos que indica un presupuesto mensual del orden de los cien mil pesos, mínimo, para sostener el proyecto de la formación profesional, partiendo de la base de un alquiler de casi $50 mil .

La Plata es una de las ciudades más elegidas para la vida universitaria y eso genera tradicionalmente un gran caudal de estudiantes de diversos puntos del país. La elección y la dedicación a las cursadas y finales implica una organización con cambios muy importantes, más allá del ámbito familiar. Hay que hacer números para solventar el gastos habitacional, la comida, materiales de estudio y transporte.

En este contexto de crisis económica, con la inflación anual de 2022 que cerró en un 94.8 por ciento, son los estudiantes que llegan desde el interior los que tienen que hacer cuentas frente a las subas de precios, con su impacto directo en el bolsillo. Y se sabe que el tema habitacional para la mayoría es una imperiosa necesidad dentro de su presupuesto mensual. El cuadro es de incertidumbre: mucha demanda y poca oferta de alquileres en la Ciudad, situación que se refleja en ciertos casos en un costo muy alto, sobre todo para los inmuebles en zonas cercanas a facultades.

Frente a este panorama, los más jóvenes buscan opciones como compartir alquileres con amigos, pensiones o residencias estudiantiles, que también tienen una fuerte demanda y pocas propuestas. ¿Alcanza?

Oferta habitacional

Teniendo en cuenta los valores del mercado para alquilar una propiedad, EL DIA consultó a diferentes martilleros y propietarios de pensiones de la Ciudad para conocer más sobre los costos y requisitos a tener en cuenta a la hora de elegir residencia o un departamento -los de un ambiente son los más elegidos , y cómo impactan los valores inmobiliarios en las posibilidades para los estudiantes que vienen a cursar en las facultades de la UNLP.

Las pensiones están entre las posibilidades más económicas. Ofrecen habitación individual, compartida, mixta o de varones y mujeres por separado. Los costos varían según la ubicación, los servicios y las comodidades con las que cuentan. Pero hay pocas ofertas frente a tanta demanda.

Lo confirma la encargada de una residencia que se encuentra en las proximidades a las facultades de Psicología y Humanidades y Ciencias de la Educación, en la zona de El Dique: “Tenemos disponibilidad para 15 personas y ya está todo lleno hace algunos meses, con lista de espera. Recibimos alrededor de 30 llamados por día porque no se consiguen; las familias están desesperadas”.

Los precios dependen mucho del lugar, la zona, la cantidad de personas que la ocupan, y ocuparían una franja entre $15 mil y $40 mil.

La martillera Mariana Valverde coincide que hay muchos inmuebles en venta y se complica el alquiler, ya que se presenta un exceso de demanda en la proximidad de un nuevo ciclo académico. Recomienda tener en cuenta, en la búsqueda, la zona y los costos extras que son los que luego se modifican como las expensas. “En líneas generales un departamento de 3 dormitorios en edificio puede rondar los 110.000 pesos, si buscan dos dormitorios alcanzan aproximadamente los 90.000”, asegura a la hora de hablar de costos.

Otras consultas confirman que entre los inmuebles más solicitados se encuentran los monoambientes, con precios cercanos desde los $45.000 a los $57.000, según la zona y su mantenimiento. Y los departamentos de un dormitorio, con valores entre los $55.000 y $60.000.

De 1 a 10 y de 44 a 60 es donde más se busca para vivienda junto con la zona de facultades

Otra martillera platense, Gisela Agostinelli, también manifiesta la preocupación por la falta de oferta en monoambientes y departamentos de un dormitorio, que son los más solicitados por los estudiantes del interior. “Los costos (alquiler) subieron un 81% en el último mes y se indica que van a seguir aumentando. Frente a esta situación, los locatarios actuales, conformes o no, siguen renovando; esto es así en el 95 por ciento de los casos con poco movimiento en el mercado inmobiliario”, detalla.

Según su experiencia, hay ambiente de desesperación entre los padres de los más jóvenes del interior que eligen la Ciudad para seguir una carrera universitaria: “No conformes con lo poco que se consigue, tratan de reservar igual porque no hay otra posibilidad. Es histórico, jamás pasó una cosa así”, afirma.

El martillero Ramón Penayo también percibe un escenario de alta de demanda: “La vuelta a la presencialidad en las facultades hace que sea altísima”, dice y explica sobre la información necesaria a tener en cuenta a la hora de fijar un contrato: “Los alquileres están regulados por la ley provincial N°10973 que establece en el artículo 54 los honorarios por contratación de alquileres para inmobiliarias, mes de deposito que no se puede cobrar más de uno, el gasto del mes de alquiler más el impuesto al sello -superando el monto de $30.000- se abona el resultado del monto de mensual por los 36 meses del contrato por el 1.2%”.

También manifiesta la preocupación ante la falta de oferta en venta de inmuebles con un problema, que advierte, es más general porque “no hay créditos para la compra y tampoco se están haciendo nuevas unidades”.

Destaca entre las zonas más requeridas por ingresantes a la Universidad, la zona del centro -de las calles 1 a 10 y de 44 a 66-, las inmediaciones a las facultades y las avenidas que facilitan el acceso al transporte -linderas a 7, 13, 44 y 60-.

OPCIONES MÁS ECONÓMICAS

Algunas ciudades bonaerenses ofrecen para sus estudiantes residencias compartidas en La Plata que funcionan como “becas de alojamiento”. Por ejemplo, Bragado cuenta con 2 residencias de 24 plazas disponibles; la renta es solventada por el municipio al igual que los gastos estructurales que surjan durante el año. Los “becados” abonan una cuota mínima de $3.000 destinados al pago de impuestos que se encargan de pagar ellos mismos, organizádonse en cada una de las casas que funcionan como “centro de estudiantes”. Las inscripciones se realizaron en noviembre y las condiciones de egreso, permanencia y renovación están reglamentadas por una ordenanza local que garantiza el reconocimiento a los Centros de Estudiantes y la transparencia a la hora de otorgar el beneficio.

Además de los departamentos y pensiones, están los centros de residentes

Saladillo –a un poco más de 200 kilómetros de La Plata-, cuenta con el CEUS (Centro de Estudiantes Universitarios de Saladillo). Según informan allí, para este año tuvieron un récord de inscripciones y se becó a 107 jóvenes para vivir en La Plata. Sostienen que la situación habitacional es la mayor preocupación para las familias, algo que se ve reflejado en el número de inscripciones para la beca.

más ingresantes

La Universidad Nacional de La Plata (UNLP) informó que ya hay para este año 33.678 aspirantes a 115 carreras que ofrecen las 17 facultades. El número puede crecer porque algunas facultades seguirán anotando en febrero y marzo. Aunque no hay precisiones sobre cuantos estudiantes del interior llegan a la Ciudad, la reapertura de las aulas generó un avalancha de “búsquedas” y en miles de casas le sacan punta al lápiz: “Entre un alquiler compartido o una pensión, más la comida y lo que requiere la facultad, sin gastos importantes en indumentaria, es difícil no pensar en cien mil pesos, mínimos”, se calculaba en un centro estudiantil.

Francina es de Saladillo y se prepara para el comienzo de la carrera de nutrición en la Facultad de Ciencias Médicas. Dice que eligió La Plata por la posibilidad de vivir en un lugar que tenga esa “mezcla entre pueblo y ciudad” y es contundente a la hora de hablar del problema habitacional que atraviesa a inquilinos en general y, en particular a los aspirantes a estudiar en la UNLP: “El tema alquileres para estudiantes es muy duro. En mi caso alquilamos con una amiga. Arranque a buscar en septiembre por Internet, estaba en todos los grupos de Facebook y todos los días llamaba a alguna inmobiliaria. En noviembre con nuestras familias viajamos a La Plata a ver algunas opciones, en la mayoría de ellas nos pedían como mínimo $200.000 para poder ingresar a un departamento”. Y agregó: “Somos unas privilegiadas porque conseguimos un alquiler particular, pero tengo amigos que buscan desde hace mucho y no encuentran. El precio es muy elevado para su presupuesto o se encuentran con estafas en Facebook”.

La joven añadió que, una vez instalada en la Ciudad, tiene que buscar trabajo para poder solventar los gastos.

Franco es de General Alvear y la experiencia de vivir en otra ciudad la va a compartir con un amigo de la secundaria, quiénes después de una larga búsqueda consiguieron un departamento para alquilar y compartir. Esto les fue posible por contactos de su localidad que le acercaron la oferta de un departamento recientemente refaccionado que además de la cercanía a las facultades no cuenta con expensas: “Es plata que nos ahorramos porque es un costo que aumenta durante el año y no se puede prever cuánto”, sostiene.

 

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