Medicamentos: por qué es un problema probarlos en personas con obesidad

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Más del 40% de los adultos estadounidenses son considerados obesos, pero aun así, los medicamentos que muchos de ellos consumen rara vez se prueban en organismos como los suyos.

Eso sucede porque no es obligatorio que esta población sea incluida en los estudios farmacológicos. Y, a menudo, es explícitamente excluida.

“Las pruebas clínicas y las instrucciones de posología (dosis) no siempre garantizan que los medicamentos serán seguros y eficaces para personas con obesidad”, dijo Christina Chow, investigadora farmacéutica que ha trabajado sobre los desafíos de tomar en cuenta la obesidad en el desarrollo de los medicamentos. “No existe ninguna motivación real para que se estudie a esa población”.

Muchos fármacos recetados y de venta libre funcionan de manera diferente en las personas que son obesas, pero exactamente cómo y en qué dosis a menudo no está claro. Las investigaciones indican que entre ellos se encuentran antibióticos y antimicóticos empleados para tratar infecciones graves, hormonas sintéticas usadas en píldoras anticonceptivas de emergencia y hasta el ibuprofeno, un analgésico común.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) y los Institutos Nacionales de la Salud (NIH por sus siglas en inglés) —organismos que regulan y financian las pruebas sobre los medicamentos en Estados Unidos— están prestando una atención renovada a las lagunas en la investigación. En un seminario celebrado el año pasado, el comisionado de la FDA, el doctor Robert Califf, reconoció el “déficit de pruebas” que existe sobre el funcionamiento de los fármacos en personas obesas. Los NIH ahora invitan a los investigadores a considerar las consecuencias de excluir a la población obesa de sus estudios, informó un vocero.

En un reciente congreso médico, Chow presentó el análisis de más de 200 estudios sobre nuevos medicamentos realizados en Estados Unidos el año pasado. De esos, casi dos tercios no mencionaban el peso o el índice de masa corporal —una evaluación común de la obesidad—, lo que implica que no garantizaban la inclusión de personas con obesidad, indicó Chow.

Los estudios que sí citaban el peso se utilizaban con mayor frecuencia para excluir de la participación a personas con obesidad, señaló Chow, que trabaja para Emerald Lake Safety, una empresa californiana que investiga reacciones graves a medicamentos. Las personas con un índice de masa corporal (IMC) igual o superior a 30 se consideran obesas.

Históricamente, ciertas poblaciones han sido excluidas de las pruebas por miedo a los daños, entre ellas las personas embarazadas y los niños. Las mujeres, las minorías raciales y étnicas, y la población anciana también han sido infrarrepresentadas antes de recientes medidas adoptadas para impulsar la diversidad.

Las razones para excluir a las personas con obesidad son antiguas y variadas, afirma la doctora Caroline Apovian, investigadora del Brigham and Women's Hospital de Boston y coautora del estudio de Chow.

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