No paran los desastres climáticos y no se gasta lo suficiente para adaptarse

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A medida que el cambio climático hace que los fenómenos meteorológicos extremos sean más intensos y frecuentes, el mundo debe gastar cientos de miles de millones más al año (de 10 a 18 veces más de lo que gasta actualmente) para ayudar a las personas vulnerables a adaptarse a una devastación creciente, según advierten expertos de las Naciones Unidas.

La advertencia se produce mientras millones de personas sufren en medio de severas sequías, catastróficos incendios forestales e inundaciones ruinosas alimentadas por el aumento de las temperaturas globales.

“Las tormentas, los incendios, las inundaciones, las sequías y las temperaturas extremas son cada vez más frecuentes y feroces, y van camino de empeorar mucho”, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres. Y agregó: “Se están perdiendo y destruyendo vidas y medios de subsistencia, y los más vulnerables son los que más sufren. Sin embargo, a medida que aumentan las necesidades, la acción se estanca”.

BRECHA

La brecha entre la cantidad de dinero que necesitan los países vulnerables para adaptarse a los desastres climáticos y la cantidad de dinero que ofrece el mundo es muy amplia. Expertos llegaron a la conclusión de que esta “brecha financiera para la adaptación” oscila entre 194.000 y 366.000 millones de dólares al año, más de un 50 por ciento más que las estimaciones anteriores de la ONU.

Los países en desarrollo necesitan entre 215.000 y 387.000 millones de dólares cada año para protegerse contra los desastres climáticos, según el informe. Pero el gasto mundial en adaptación cayó a solo 21 mil millones de dólares en 2021, el último año del que se dispone de datos completos.

Los hallazgos subrayan un ciclo de desigualdad: los países en desarrollo que menos han contribuido al cambio climático son los que más sufren debido a las decisiones de los países ricos e industrializados de continuar quemando combustibles fósiles y bombeando gases de efecto invernadero a la atmósfera. Y esas naciones ricas no están proporcionando más dinero en efectivo para ayudar a los países pobres a afrontar las consecuencias de sus acciones.

EL CASO DE PAKISTÁN

Por ejemplo, Pakistán, históricamente responsable de menos del 1 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, fue devastado el verano pasado por fuertes inundaciones que mataron a casi 1.500 personas y causaron daños por más de 40 mil millones de dólares. Los científicos han dicho que las inundaciones se vieron agravadas por el calentamiento global causado por el hombre.

“El año pasado fue un año de devastación para nosotros”, dijo Malik Amin Aslam, quien hasta el año pasado fue ministro de Cambio Climático de Pakistán. “La crisis climática ya está sobre nosotros y requiere de adaptación”.

Mucha gente no está familiarizada con el concepto de adaptación, pero abundan los ejemplos en la vida cotidiana. “La adaptación significa, por ejemplo, ayudar a las comunidades a elevar la altura de sus casas para que no se inunden. Se trata de proporcionar agua durante condiciones de sequía o modernizar los tejados para evitar daños por ciclones”.

La ONU enfatizó que las inversiones proactivas en adaptación pueden evitar daños climáticos aún más costosos en el futuro. Por ejemplo, una inversión de mil millones de dólares para proteger a las comunidades de las inundaciones costeras puede evitar daños por valor de 14 mil millones de dólares causados por la destrucción de viviendas e infraestructura. Los sistemas de alerta temprana, que alertan a las comunidades sobre la proximidad de condiciones climáticas extremas, pueden generar un retorno de la inversión diez veces mayor.

 

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