VIDEO. Fiesta adentro, pesadilla afuera: corridas, empujones y más represión

Los hinchas Xeneizes la pasaron mal en las afueras del Maracaná. La policía reprimió fiel a su accionar característico. Sin pantalla gigante por decisión gubernamental, los bares resultaron ser el refugio de muchos

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Un grupo de hinchas de Boca resultó reprimido por la policía brasileña en el ingreso de la puerta 20 del estadio Maracaná, al tratar de entrar sin tickets para ver la final de la Copa Libertadores. En los hechos habría participado “La 12”, y algunos testigos aseveran haber visto a Rafael Di Zeo dentro de los disturbios.

El grupo mayoritario de la hinchada ya había pasado el cuarto y último vallado, y cuando estaban desplegando las banderas, empezaron los inconvenientes con la fuerza de seguridad. La policía lanzó gases lagrimógenos y balas de gomas (una constante) contra quienes pugnaban por entrar sin su ticket.

A Boca se le dio en el sector norte del estadio 20 mil entradas, pero se calcula que cerca de 80 mil hinchas estuvieron en Río de Janeiro.

También se produjeron corridas en la estación de subte de Metro entre hinchas de ambos equipos y la policía, los cuales afortunadamente no pasaron a mayores.

Para la final hubo un operativo especial por parte de la seguridad de Río de Janeiro de 2.200 efectivos, aunque el número estuvo lejos de significar real prevención. El jueves pasado también hubo represión por parte de la policía carioca y los hinchas del Flu contra simpatizantes de Boca en Copacabana.

Corridas, represión y heridos del xeneize ayer en las afueras del Maracaná / AFP

LOS BARES DE LA PLAYA, LA SOLUCIÓN

Sin pantalla gigante para ver la final por decisión de las autoridades policiales del estado de Río de Janeiro que responden al gobernador Claudio Castro, un aliado del ultraderechista Jair Bolsonaro, miles de hinchas de Boca se congregaron en los bares de la costa y del interior del barrio de Copacabana.

 

Una imagen repetida de toda la semana, la policía reprimiendo a los hinchas de Boca

 

El interrogante durante toda la jornada para los más de 100 mil argentinos que deambulan por Río de Janeiro era si iban a poder ver el partido en una pantalla gigante, pero el intendente Paes, quien había anunciado la instalación de la misma en el sambódromo, retrocedió y por recomendación policial ese plan naufragó. En su lugar, el recinto se utilizó como estacionamiento para ómnibus y vehículos de hinchas argentinos, bajo un severo cordón policial.

El consulado argentino y el embajador Daniel Scioli habían intentando colocar una pantalla en algún lugar para permitir a los argentinos sin entradas concentrarse en un lugar para ver el partido.

Sin embargo, la opción del Sambódromo fue descartada porque queda a 2 kilómetros de la plaza central Cinelandia, donde la intendencia de Río le cedió el espacio público a Fluminense para que sus hinchas sigan el partido en una pantalla gigante.

Así, los hinchas volvieron a Copacabana, el barrio del histórico banderazo realizado ayer, con miles de personas frente al mar.

La policía de Brasil y la violencia contra los hinchas de Boca en el ingreso al Maracaná / AFP

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