La inseguridad golpea fuerte: un jubilado herido por un asalto en Tolosa

A decir de los antecedentes, que son recientes y en gran cantidad, los ataques de madrugada, cuando el reloj marca las tres y media, minuto más, minuto menos, ya se convirtieron en una nueva modalidad delictiva que asusta en la Ciudad.

Ahora pasó en una vivienda de Tolosa, sobre la calle 524 entre 14 y 15, donde dos delincuentes armados atacaron a un jubilado de 65 años.

De acuerdo a lo que pudo reconstruir este diario de fuentes policiales y, en el propio barrio, los ladrones vulneraron una ventana para ganar el interior de la propiedad y, pese a que se activó la alarma, no desistieron de su plan. Igual avanzaron.

En esas circunstancias, la víctima, que se encontraba descansando en su habitación de la planta alta, se despertó por el ruido y se levantó de la cama para ver qué había sucedido. Ahí fue cuando se topó con los asaltantes, que estaban subiendo por la escalera.

Los voceros explicaron que enseguida se le tiraron encima, lo sujetaron y, en medio de una andanada de insultos y amenazas, empezaron a golpearlo. Una y otra vez. En la cabeza y en distintas partes del cuerpo. Incluso en el piso.

Demás está decir que, apurados por el sonido de la chicharra de la alarma, los intrusos no se anduvieron con vueltas y exigieron la entrega de dinero.

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Por eso la víctima, para ponerle punto final a ese calvario, los llevó nuevamente hacia la planta baja del domicilio, donde en el sector del living, debajo de un sillón, sacó lo que le pedían.

Por estas horas se desconoce la cantidad de lo sustraído y si la suma robada era en pesos, en dólares o en ambas monedas. Tampoco hay demasiada claridad sobre si se trató de un “hecho vendido”, con información, o un ataque al voleo.

Una vez con el botín en su poder, sin revisar dependencias ni hurgar entre los muebles, los asaltantes emprendieron la retirada y enfilaron hacia la misma abertura vulnerada. En el resto de la finca, no se constataron otros daños.

El jubilado, todavía aturdido por la paliza recibida, alcanzó a escuchar el sonido de una motocicleta, por lo que se presume que escaparon en un rodado de esas características.

Ahora, personal de la comisaría decimoprimera, con conocimiento de la UFI de Autores Ignorados Nº 9 de La Plata, están detrás de las imágenes de las cámaras de seguridad del barrio.

Al margen de otras diligencias que están en marcha, necesitan de esa prueba clave para intentar identificarlos y procurar su captura.

Se supo que dentro del inmueble quedó un teléfono celular que el damnificado desconoció, por lo que se supone que era de los delincuentes o al menos obtenido en algún otro hecho.

De ser lo primero, los pesquisas habrían avanzado varios pasos hacia el esclarecimiento del ataque, porque seguramente dentro de ese dispositivo deberían encontrar elementos que sirvan para ubicar a los asaltantes.

Trascendió que un equipo del SAME asistió al hombre en su casa, pero que después, por precaución, la familia optó por su derivación al hospital Español, donde por la tarde continuaba internado.

Respecto de las características de los agresores, el jubilado brindó solo detalles de su vestimenta, porque habían cubierto sus rostros con un pañuelo o bufanda.

En el barrio, el hecho no pasó desapercibido, claro está, porque se suma al registrado el 21 de diciembre pasado, a muy pocos metros, sobre la calle 525 entre 13 y 14.

Ese día, tres sujetos se colaron en la vivienda de una abogada de 61 años, a la que también agredieron.

“Los delincuentes despertaron a la señora y comenzaron a exigirle dinero en efectivo”, había contado un jefe policial a EL DIA.

La mujer no se resistió en ningún momento para preservar su seguridad física, sin embargo igual sufrió una cobarde e injustificada agresión.

En tal sentido, el detective reveló que “uno de los asaltantes le aplicó dos fuertes culatazos, que le provocaron una herida en la frente”.

Por dicha circunstancia, un equipo de emergencias médicas del SAME, con base en el hospital San Roque de Gonnet, tuvo que dirigirse a la escena para la asistencia de rigor.

Respecto de los elementos desapoderados, se consignó 1.000 dólares y 5.000 pesos. También alhajas de oro y una PlayStation.

PARA TENER EN CUENTA

Más allá de la coincidencia del horario con el que distintos grupos de ladrones vienen concretando distintos ataques, lo cierto es que hay una tendencia concreta de salir a robar cuando la gente duerme y el descanso es profundo.

Ni a las diez de la noche ni a la una. Los movimientos delictivos se están dando después de las tres de la madrugada, cuando las bandas que se dedican a cometer robos saben que las víctimas están más indefensas, vulnerables y a su merced.