VIDEO. De las góndolas a las nubes: los precios más “disparados” en diciembre

Por efecto de la inflación y de la devaluación, algunos productos alimenticios pasaron de ser de consumo usual a la lista de prohibitivos, como por ejemplo, el café, panificados, lácteos y enlatados como los palmitos

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Como si se tratara de un latigazo al presupuesto familiar, de un día para el otro, a la par que se anunciaba la devaluación, hubo productos que aumentaron de manera descabellada. Un paquete de fideos de una tradicional marca pasó en un santiamén de costar unos $600 a $1.300; el aceite de girasol tuvo el mismo salto y no se consigue casi ninguna por menos de $2.500 y el que tiene el hábito de consumir el de oliva tuvo que abrir bien grande los ojos para leer los carteles que pasaron de ofrecerlos a unos $1.800 a más de $7.000, por el medio litro.

En los barrios, el precio de las cosas se volvió el tema más usual de las conversaciones entre vecinos. “La harina leudante promocionada de oferta está a $1.500” o “ya no se puede tomar más café, el frasco de instantáneo grande está a más de $ 5.000”, son algunas de las frases que se escucharon en almacenes y supermercados.

“Si esto tiene algo bueno es que nos obliga a recordar dónde fue que vimos el arroz 200 pesos más barato, la oferta de leche o el pan a menos de mil pesos el kilo”, señaló Roberta a la salida de una cadena de supermercados de avenida 7 casi 47. Para ella la suba más “escandalosa” se dio en el atún, que hasta supera los 3 mil pesos y encima cuesta conseguirlo. Otro producto que le resulta caro es el jabón de tocador, casi no hay marca que se consiga por menos de mil pesos la unidad.

El comentario generalizado es que las tres o cuatro cosas que hasta hace un mes se compraban por 5 mil pesos, ahora cuestan el doble o más.

Por citar algunos de los productos que pasaron holgadamente la barrera de los mil pesos se puede mencionar: el dentífrico con carbón activado, $4.544; aerosol mata cucarachas, $3.360; aerosol insecticida para mosquitos, $2.440; jabón líquido para lavar la ropa por tres litros, $5.300.

En el rubro comestibles las cajas de 4 hamburguesas rondan entre los $3.134 y $4.336; el aceite de oliva por medio litro $7.982, otro prémium por litro, $19.320; cualquier aceite de girasol por litro y medio ronda los $2.600; los snacks están a $10 mil el kilo. En las fiestas es usual usar alcaparras, $3.747 los 50 gramos y los palmitos de lata chica, otros $3.700.

Sin controles de precios, tras la asunción del presidente Javier Milei, las empresas de consumo masivo se lanzaron a aumentar los precios de manera feroz. En el caso de los aceites, subieron hasta el 200 por ciento cuando se dejó de aplicar un subsidio; las harinas, el 150 por ciento y duplicaron su precio el arroz y los panificados.

El aceite de oliva, que cuesta entre $15.000 y $18.000 el litro y se mencionó que es uno de los productos que está atado a valores internacionales.

A mediados de semana, en un negocio del Centro se vio el paquete de un kilo de yerba de una marca de punta a casi 8 mil pesos.

La harina tampoco recibe subsidio desde este mes. Hoy, dependiendo de la marca, el precio del kilo de la variante 000 oscila ronda los $600, el doble que el mes anterior. La leudante se vende entre $1.000 y $1.500.

La sequía y la liberación de los controles también afectó el valor del arroz. Según el Indec, en noviembre el kilo de arroz blanco simple costaba $1.000; hoy en los supermercados el largo fino más barato ronda los $1.500. Aunque una de las marcas más tradicionales se ofrece a $5.000 la caja doble carolina.

Las bebidas no esquivaron la ola de aumento y subieron entre un 80 y un 100 por ciento. En el mismo porcentaje aumentaron los artículos con papel, ya sea el higiénico como las servilletas.

En tanto los lácteos subieron un 45 por ciento.

 

 

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