La economía argentina perdió impulso en 2022 y enfrenta gélidos pronósticos
Edición Impresa | 25 de Febrero de 2023 | 03:08

Por NATALIA KIDD (*)
La actividad económica de Argentina logró crecer el año pasado un 5,2 por ciento, muy por debajo del repunte registrado en 2021, y enfrenta pronósticos de mayor enfriamiento para este año, dados los persistentes desequilibrios que aquejan al país.
La actividad económica se desaceleró el año pasado en forma notable respecto a los niveles de recuperación del 10,4 por ciento que se habían logrado en 2021, pero con un deterioro que, además, se ha acentuado en la recta final de 2022.
Según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el estimador mensual de la actividad económica, que sirve como anticipo provisional para medir la variación trimestral del producto interno bruto (PIB), se contrajo en diciembre 1 por ciento respecto a noviembre y encadenó así cuatro meses en bajada.
El indicador, además, registró en el último mes de 2022 una contracción interanual del 1,2 por ciento, poniendo fin a una seguidilla de 21 meses en positivo y profundizando la desaceleración que ha dominado el último cuatrimestre del año pasado.
PERDIENDO VIGOR
Para la consultora privada Orlando Ferreres & Asociados, “los registros de diciembre refuerzan la noción de una actividad entre el estancamiento y el declive”.
La economía argentina ha perdido vigor, fundamentalmente desde mediados del año pasado, producto de un contexto internacional complejo y de sus propios desequilibrios no resueltos -déficit fiscal, reservas monetarias limitadas, distorsiones cambiarias, elevadísima inflación- profundizados por las tensiones políticas internas.
Para Maximiliano Gutiérrez, investigador de la Fundación Mediterránea, “los principales factores explicativos de la desaceleración del nivel de actividad tienen que ver con la aceleración inflacionaria” que afecta “el poder adquisitivo de la demanda agregada” y, en forma convergente, “las crecientes dificultades para el abastecimiento de partes y piezas de origen importado que llevan a restricciones por el lado de la oferta”.
El informe del Indec revela que, de 16 actividades incluidas en el indicador, 10 sectores productivos lograron mejoras interanuales en diciembre pasado, con los sectores de la pesca (15,5 por ciento), de los hoteles y restaurantes (10,8 por ciento) y de la minería (10,8 por ciento) liderando las subidas.
Pero los importantes sectores de la agricultura y la ganadería (-18 por ciento), la industria (-2,1 por ciento) y el comercio (-1,1 por ciento) tuvieron un desempeño muy negativo.
¿RECESIÓN EN EL HORIZONTE?
Según el Presupuesto 2023, Argentina crecería este año apenas 2 por ciento, pero los economistas privados que mensualmente consulta el Banco Central argentino para su informe de expectativas pronostican que la economía argentina avanzaría tan solo 0,5 por ciento en 2023.
Para la consultora Ecolatina, de no mediar shocks exógenos ni endógenos, el país podría evitar este año una recesión, “pero no la tendencia hacia la moderación del crecimiento”.
“Partiendo de un menor arrastre que en 2022 la actividad económica se verá afectada por una nueva caída en la producción agrícola, restricciones a las importaciones que no se relajarían significativamente en 2023 y un sesgo contractivo en el plano fiscal-monetario, resultando en una expansión del PIB de algunas décimas por encima del crecimiento poblacional”, apuntó la consultora en un informe.
Pero según la consultora Orlando Ferreres & Asociados, “las proyecciones para el año que comenzó anticipan un resultado negativo del producto, con tensiones macroeconómicas no resueltas, con fuertes limitaciones por la falta de divisas y con un magro consumo privado derivado de años de contracción de los ingresos de las familias”.
(*) Columnista de EFE
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