El médico platense que investiga el universo biológico en el espacio
Edición Impresa | 2 de Marzo de 2023 | 03:50

Platense de nacimiento, formado como científico en la Universidad Nacional de La Plata, radicado luego en los Estados Unidos, Marcelo Vázquez desarrolló avanzados proyectos de investigación para la NASA -la agencia responsable de la política espacial estadounidense- y para laboratorios de todo el mundo. Los resultados de varios de sus trabajos se utilizaron para definir las características de los viajes a Marte: uno de los primeros tripulados está previsto para 2030.
Como se sabe, hace tres años la Nasa divulgó imágenes tomadas por el vehículo explorador “Curiosity” en una zona montañosa de la superficie de Marte. El robot había sido lanzado en 2011 y la exploración ya ha permitido detectar una fuerte señal de hematita, un mineral rico en hierro que se crea en el agua. Se aseguraba ya hace dos décadas que la tarea que desplegó Vázquez fue clave para definir las futuras misiones a ese planeta.
Así que uno de los científicos que se destacan en el plano internacional en el estudio de los efectos de la radiación sobre las células humanas es el argentino Marcelo Vázquez, investigador principal y director médico del Laboratorio Nacional Brookhaven, que depende de la NASA y que tiene la particularidad de ser el único lugar en los Estados Unidos que posee un acelerador de partículas que produce rayos cósmicos y que permite estudiar los efectos y riesgos de la radiación espacial en los seres humanos.
APASIONADO DE LOS VIAJES ESPACIALES
“Siempre fue un apasionado por los viajes espaciales y la biología, y lo cierto es que hizo todo para estar en un lugar que integrara las dos disciplinas”, dijeron sus familiares directos, en una entrevista que mantuvieron con EL DIA.
Así describieron la personalidad del científico formado en la UNLP. “Si por él fuera, viajaría como astronauta a cualquier planeta; no hay constelación cuyo nombre no conozca”, agregaron. En la casa familiar de City Bell muestran con orgullo una gorra con el logo de la NASA que, según dicen, “se le olvidó a Marcelo en su última visita; es uno de sus objetos preferidos”.
La vida de Vázquez siempre estuvo marcada por la pasión que le despertó el espacio; tanto que, a comienzos de los ‘80, y por medio de una publicación que editaba con algunos amigos, llamada ‘Diagonales’, consiguió que lo acreditaran -junto con un compañero- para asistir al despegue del primer transbordador espacial. “En esa época recién eran estudiantes, y la NASA era algo casi inalcanzable”, cuentan.
El renombrado investigador se recibió de médico, en 1984, tras cursar toda su carrera en nuestra ciudad, y llegó a ser jefe de residentes del hospital San Martín.
Obtuvo el doctorado en 1990, con una tesis titulada “Efectos de la radiación sobre el sistema nervioso central embrionario”. Eran los días en que trabajaba en el Instituto Multidisciplinario de Biología Celular (IMBICE), de camino Belgrano y 526.
Pronto se le presentó a Vázquez la posibilidad de emigrar. “Marcelo siempre quiso estar en contacto con el mundo científico, y se las ingenió para difundir sus trabajos, con el objetivo de intercambiar conocimientos con otros expertos de todo el mundo”, cuentan. Fue así que a fines de 1990 viajó a Suecia, becado por la Universidad de Uppsala.
RADICADO EN EE UU
Dos años después se radicó en los Estados Unidos y trabajó para la Universidad de Columbia hasta 1995, donde realizó investigaciones para la Nasa desde el Brookhaven National Laboratory, una base de aviación de la segunda guerra mundial que fue remodelada para convertirse en un inmenso centro de investigaciones dependiente del Departamento de Energía estadounidense. Allí el platense es científico senior en proyectos sobre radiobiología espacial.
El mencionado laboratorio tiene la particularidad de ser el único lugar en los Estados Unidos que posee un acelerador de partículas que produce rayos cósmicos y que permite estudiar los efectos y riesgos de la radiación espacial en los seres humanos.
“Cuando la radiación llega al cuerpo humano se producen reacciones químicas que pueden alterar las funciones normales del cuerpo. Experimentamos irradiando células madre con cargas pesadas [protones]. Luego en el microscopio vimos que un solo rayo cósmico de protones puede atravesar varios núcleos celulares, dejando un rastro radiactivo que mata la célula o la degenera en su carga molecular de ADN, lo que implica el comienzo de una carga tumoral en formación”, aseguró.
Vázquez abrió un centro de investigaciones en Japón, país al que viaja periódicamente. Y cada vez que pudo viajó a La Plata, entre otros motivos “para poder ver a Estudiantes”, ya que siente locura por los albirrojos.
A tal punto fue así que la familia debió enviarle un juego completo de camisetas de Estudiantes a los Estados Unidos, porque armó un equipo junto con su hijo y los de otros investigadores, que se dedicó a jugar todos los sábados usando los colores pinchas.
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