Le dieron un vaso de agua mientras lo desvalijaban
Edición Impresa | 8 de Abril de 2023 | 04:45

Una familia de City Bell vivió durante la madrugada del jueves un verdadero calvario luego de que fueran sorprendidos por un grupo de delincuentes armados y encapuchados. En base a lo que pudo averiguar este diario, el hecho tuvo lugar alrededor de las 2 de la mañana cuando el matrimonio dueño del inmueble saboteado se encontraba descansando en su vivienda ubicada en calle 27, entre 470 y 471.
Según fuentes oficiales, tres sujetos llevaron adelante el golpe dentro de la vivienda mientras que un cuarto se encargó de esperar a sus secuaces en un auto que “durante todo el tiempo que duró el robo permaneció en marcha”.
Poco es lo que se pudo reconstruir sobre la identidad de estos sujetos ya que además de obligar a sus víctimas a permanecer con la cabeza gacha, durante todo el atraco permanecieron con el rostro cubierto, una clara estrategia para evitar que sus rasgos faciales quedaran grabados en la retina de sus víctimas de 58 y 60 años.
Si bien el caso es materia de investigación, pero por los indicios hallados en la escena, todo apunta a que los ladrones se abrieron paso tras romper una ventana. Aparentemente, el de contextura más delgada y quien además se encargó de “custodiar” a las víctimas en una habitación fue el encargado de ingresar por el minúsculo espacio y abrir la puerta al resto del clan.
Como suele suceder en estos casos, el efecto sorpresa fue determinante para que los ladrones pudieran anular cualquier posibilidad de escape o pedido de auxilio y así tomar el control de forma expeditiva y sin mayores complicaciones.
Más allá de la rotura del vidrio, todo el sigilo con el que procedió la banda terminó reportando dividendos a esta banda ya que consiguieron recorrer con total libertad la morada y sorprender a los dueños en su habitación.
Entregados a un sueño profundo, cuando despertaron comenzó la pesadilla para esta familia. Acorralados, a los damnificados no les quedó otra opción que ponerse bajo las órdenes de los hampones.
Gustavo, el propietario de la casa asaltada, describió una especie de jerarquía en el clan y señaló que por momentos sintió miedo ya que las amenazas fueron muy tajantes.
“Lo único que queríamos era que se fueran. En ningún momento nos resistimos. El tipo que parecía que estaba al mando le ordenó a otro que debía quedarse con nosotros en mi pieza. El flaco estaba con un arma y pese a que parecía violento terminó siendo el más amable. Mientras el resto me daba vuelta la casa, literal, él me alcanzó un vaso de agua y me dijo que si yo colaboraba todo iba a salir bien y se iba a terminar rápido”, reveló a este diario.
El momento más álgido tuvo lugar cuando el presunto “jefe” le ordenó al que hacía las veces de custodio que matara al dueño de casa ya que las indicaciones que la víctima le había dado sobre el lugar en el que guardaba sus ahorros eran, según él, “pescado podrido”.
La tensión bajó minutos después cuando el sujeto “más sacado” halló la suma que estaba buscando.
“Estoy convencido de que fue al voleo. Quizás creyeron que por el finde largo la casa estaba sola y se mandaron”, conjeturó Gustavo.
Además de los 200 mil pesos, durante los 30 minutos que estuvieron en la casa los hampones reunieron un botín compuesto por dos televisores, dos celulares, una notebook, una impresora, una bicicleta, una cámara de fotos, ropa y joyas. Todo eso fue retirado por el frente y cargado a “un auto oscuro”. Si bien se hizo un operativo cerrojo, la policía no pudo dar con los sospechosos aunque cuenta con una fuerte pista que se desprende del GPS de uno de los dispositivos que se llevaron.
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