“Cemento”: qué le hallaron a Silvina Luna en los glúteos
Edición Impresa | 5 de Julio de 2023 | 04:19

Con la salud de Silvina Luna pendiendo de un hilo, y un estado que su abogado Fernando Burlando definió como “minuto a minuto” por la inestabilidad que presenta y que la llevaría a “evolucionar o desmejorar en instantes”, reapareció Cristian Pérez Latorre, el médico que atendió a la modelo tras la operación de Aníbal Lotocki y contó el panorama con el que se encontró.
“Cuando lo mandamos a analizar bajo microscopía electrónica nos viene en el informe que no era metacrilato (lo que le habían inyectado en los glúteos), sino que era polidimetilsiloxano. No fue polimetilmetacrilato. Es la silicona líquida, por así decirlo”, explicó ayer el profesional en diálogo con “Nosotros a la Mañana” (El Trece).
Pero eso no fue todo. Según Pérez Latorre, eso que encontraron “venía mezclado con alginato de fraguado lento, que es el cemento que se utiliza para las prótesis dentales”.
Lo que este médico hizo, en 2016, fue intentar sacarle del cuerpo a Silvina lo que Lotocki le había puesto en 2011. La operación fue en California, Estados Unidos, y bajo el sistema “robótica”.
Sin embargo, no pudieron extraer todo sino “entre el 60 y el 70% del material inyectado”. Aún así, la artista no pudo evitar sus problemas renales.
“ESTÁS GORDITA, HACETE UNA LIPO”
En 2014, dos años antes de esta operación, Luna había visitado a Susana y en su living le contó todos los trastornos que ya estaba teniendo y cómo el ambiente artístico muchas veces no colabora con sus presiones.
En esa nota, Silvina contaba cómo, a raíz de su mala experiencia con la cirugía estética de Lotocki, había cambiado su vida hacia un estilo más naturista y cómo empezó a prestar atención a cosas que quizás antes naturalizaba o pasaba por alto.
“Antes por ahí trabajaba más poniendo el cuerpo en campañas publicitarias, en ropa interior. Quizás eso me llevó, porque el medio tiene cierta exigencia por no hablar de que a mí no me pasó nunca, pero ayer hablando con una compañera hay productores que te dicen: ‘¿por qué no te operás la nariz?’ o ‘Estás gordita, tendrías que bajar, ¿por qué no te hacés una lipo?’ Entonces, hay que hablar de estas cosas; el medio es muy exigente y uno tiene que estar bien del bocho, bien tratada y segura para no caer en eso”, decía la actriz.
Y contó por qué decidió pasar por el quirófano con Lotocki y cómo empezaron sus problemas de salud: “Yo hace tres o cuatro años atrás, como cualquier chica que quería un cambio y por ahí por querer abarcar todo, por querer mejorar algo decidí ir a ver un médico. Confié en la palabra de un profesional. Era algo chiquito, parecía algo fácil, algo que no iba a tener ningún tipo de riesgo. Eso fue en el 2011. En 2010 me hice estudios en la clínica Favaloro y yo tenía mi salud impecable, tenía el calcio perfecto y tenía mis riñones sin piedritas, sin nada. No había ningún problema ni enfermedad hereditaria”.
Pero todo cambió tras la cirugía: “En 2013 me hago estudios de rutina y me sale una hipercalcemia, el exceso de calcio en sangre y eso hace que tenga una leve insuficiencia renal. Me empiezan a investigar y me entero que en el Hospital Italiano había cuatro casos de chicas que se habían inyectado sustancias de relleno con lo mismo. También con hipercalmemia y con problemas en los riñones y algunas hasta con problemas mayores, incluso una chica estaba en diálisis”.
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