Horas de inseguridad: cuatro golpes delictivos sacuden a City Bell
Edición Impresa | 11 de Enero de 2024 | 02:38

En City Bell la inseguridad tiene a los vecinos con los pelos de punta. La localidad hace tiempo está cruzada por una feroz ola delictiva, de la que no se salva nadie.
Como se ha dicho en repetidas oportunidades, ya no alcanza con las rejas, los perros, las cámaras ni las alarmas. Pagar vigilancia privada tampoco te da un “bill de indemnidad”; al contrario.
Los recientes golpes registrados en un barrio cerrado de esa zona de la Ciudad, es una cabal demostración que el delito le pega a todos.
En las últimas horas, esta grave situación pareció recalentarse aún más, con cuatro nuevos ataques. Dos con víctimas reducidas dentro de sus viviendas y dos saqueos.
En 17 entre Güemes y Pellegrini, un matrimonio conformado por un hombre de 74 años y una mujer de 71 vivió una pesadilla cuando, a las tres de la madrugada de ayer, una banda de cuatro delincuentes irrumpió en su domicilio tras forzar una reja.
Se presume que los ladrones creyeron que la finca estaba vacía, porque actuaron sin armas.
Igual no tuvieron problemas en reducir a las víctimas, a las que doblaban en número y fuerzas.
De acuerdo a lo que pudo saber este diario, enseguida las dejaron encerradas en su habitación y, más allá de un zamarreo al dueño, no los golpearon.
A su esposa, se indicó, le habían colocado siete stents hace pocos días, por lo que la familia quedó particularmente preocupada por su estado de salud, físico y psicológico.
Ayer, en una clara muestra del impacto del evento, la mujer se excusó de brindar declaraciones sobre el hecho.
Igual se supo que los asaltantes se quedaron dos horas dentro del inmueble, que terminó patas para arriba. Así de literal.
“No dejaron habitación por revisar y tiraron todo abajo. Incluso rompieron varios taparrollos”, contó un informante.
“También se llevaron los DVD`s de las cámaras, los celulares, unos 2.000 dólares y varias joyas”, agregó.
En el caso tomó intervención personal de la comisaría décima, que ahora trabaja sobre las imágenes de un equipo fílmico de una casa lindera, que colocó en la escena a un Ford Fiesta Kinetic.
A la hora de la siesta
En 465 y 14C, el pasado martes, hubo otro ataque a una pareja de jubilados, aunque en este caso a la hora de la siesta.
Según el relato de uno de los damnificados -un hombre de 77 años-, ese día, a las tres de la tarde, se despertó al sentir un fuerte ruido, pero al asomarse por la ventana, no observó nada extraño.
Por eso se volvió a acostar, aunque nuevamente escuchó sonidos extraños y esta vez decidió salir de la habitación.
En realidad, alcanzó a dar solo un par de pasos, porque del otro lado de la puerta apareció un desconocido armado, que le exigió que se tirara al piso. Textualmente fue: “Tirate al piso o te mato”.
Demás está decir que la víctima no ofreció resistencia y cumplió con esa orden.
Ahí fue que escuchó la voz de un cómplice, que se dirigía a su esposa para también obligarla a quedarse en el suelo.
En todo momento les pedían dinero en efectivo, dólares y joyas, pero la respuesta es que solo había un poco de efectivo en moneda nacional.
En esas circunstancias, de una habitación lindera que usan como oficina sacaron una billetera con algo de plata, lo mismo que de una estantería en el garaje. Eran poco más de 30 mil pesos.
Acto seguido, una vez que metieron a los jubilados dentro del baño y les dijeron que “no hagan nada raro porque podemos volver”, se dieron a la fuga.
Al rato, cuando pasó un tiempo prudencial, la pareja salió de su encierro y comprobó el faltante de sus celulares, de algunas joyas y un cuchillo de acero inoxidable.
También que los delincuentes habían forzado una ventana y que se habían llevado las llaves de la entrada.
LA PEOR SORPRESA
En 471 esquina 21A, al regreso de un viaje a la provincia de Corrientes, que se había realizado el pasado 30 de diciembre, se descubrió un saqueo en una casa.
En concreto, se indicó que sus autores violentaron la reja de la ventana de uno de los dormitorios y la reja de la ventana de la cocina.
Adentro, estaba todo dado vuelta y, tras revisar un poco las distintas dependencias, se descubrió la ausencia de 1.500 dólares, una minipimer y algo más de pesos argentinos.
Según la presentación en sede policial, el hecho se registró después del 2 de enero, que fue la última vez que pasó un familiar por la vivienda y no observó nada que le llame la atención.
Por último, en 23 entre 465 y 466, una joven que desempeña funciones como empleada doméstica, descubrió un robo en el domicilio de sus empleadores.
Curiosamente, dentro de la construcción estaban los perros de los damnificados, aunque no lograron evitar el golpe y hacer notar con sus ladridos de la presencia de gente extraña.
En la recorrida por el inmueble, se notó la sustracción de un TV de 55 pulgadas, una cafetera expreso, una pava eléctrica, una caja con joyas de oro, un reloj pulsera con malla rosa, un llavero de oro, dos lapiceras de oro y otra común, una medalla de oro, un set de maquillaje, varios perfumes, carteras, un jean, un par de zapatillas deportivas, unos auriculares y una PC.
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