El plazo fijo se cae porque dejó de ser refugio para cubrirse de la inflación
Edición Impresa | 14 de Enero de 2024 | 02:45

La inflación no solamente reduce el poder adquisitivo, sino que también golpea sobre las alternativas para resguardar los ahorros. El plan del Gobierno para licuar los pesos que sobran en la economía y presionan sobre el dólar y los precios tiene varios frentes y el de los plazos fijos es uno de ellos.
Los ahorristas deshacen una de las colocaciones más comunes del mercado local a favor de tener pesos a la vista, en cajas de ahorro o cuentas corrientes. Y sus efectos se sienten en los precios de los tipos de cambio paralelos y el adelanto de consumo de quienes, ante la perspectiva de que sus ahorros se licúen, buscan formas de guarecer sus tenencias.
Los depósitos a plazo fijo tradicionales llegaron a los $12,75 billones el 4 de enero pasado, último dato oficial. La cifra supone una caída de $427.115 millones desde el 20 de diciembre, cuando habían alcanzado su pico más reciente. Los depósitos a plazo están experimentando ahora su tercera caída en muy poco tiempo en términos de acciones nominales. Después de crecer durante todo el año, tocaron su máximo el 20 de septiembre al alcanzar los $13,92 billones antes de su primer desplome posterior a las PASO, la suba del dólar libre y la mini devaluación que decidió Sergio Massa.
Aunque las autoridades contraponen la tasa de interés que pagan los depósitos al gradualmente leve del tipo de cambio y dicen que ahí el plazo fijo sale ganando, el efecto erosivo de la inflación es inocultable. A pesar del rendimiento mínimo fijado en el 110% nominal anual, las tasas reales que se llevan los depositantes son cada vez más negativas y el stock de colocaciones a término reaccionó: al cierre de diciembre estaba en el nivel real más bajo en dos décadas, según datos oficiales.
La baja de tasas de los depósitos a plazo fijo justo cuando la dinámica de precios se disparó tras la suba del 118% del dólar oficial decidida a principios de diciembre está teniendo un efecto directo en las decisiones de ahorro de familias y empresas argentinas. El stock de depósitos en pesos colocados a plazo cayó más de $400.000 millones desde su último pico del 20 de diciembre pasado y más de $1 billón desde su máximo nominal de septiembre último.
La tasa real negativa es el mecanismo de licuación de los pesos que ya circulan y de los que se emitían cada vez que el BCRA pagaba intereses de Leliq o pases. El último objetivo de este plan es controlar la inflación, aunque en el camino los ahorristas se quedan sin alternativas sencillas para resguardar su capital.
Más allá de las estrategias oficiales, los ahorristas y las empresas tomaron nota del retroceso en las tasas de interés reales y desarmaron buena parte de sus depósitos. En particular, las colocaciones mayoristas -provenientes, a la vez, de los fondos comunes de inversión donde invierten los pequeños ahorristas- impulsaron el retroceso.
Según la regulación vigente, los plazos fijos deben pagar, como mínimo, una tasa nominal de 110% anual, que equivale a un 9,1% por mes. Sin embargo, ese rendimiento se vuelve negativo al incluir el efecto de la inflación. Según calculó Aurum, la tasa mensual real de los plazos fijos era negativa en 9,9% al 21 de diciembre, aunque recortó un -9% esta semana.
Para este mes y el próximo, Bisang no prevé mejora alguna. “Para enero estamos estimando una tasa real negativa del 9,8%, y para febrero, del 9,7%”, indicó a TN.
Por su parte, Invertir en Bolsa hizo ese mismo cálculo, pero en términos anualizados. “Tomando la nueva tasa mínima para plazo fijos de 110% TNA o 199,9% TEA (Tasa Efectiva Anual) y utilizando una inflación de 30%, la TEA en términos reales fue de -87% durante el mes de diciembre; mientras que proyectando una inflación de 25% y 18% para los próximos meses, la TEA en términos reales se ubicaría en -79% y -59%, respectivamente”, estimó la sociedad de Bolsa.
La caída en el stock nominal de depósitos a plazo es mucho más notoria si se mira en términos reales. Y eso es porque cada una de las recuperaciones del stock en términos nominales estuvo acompañada por una disparada en la inflación que hizo que el valor de esos pesos depositados se desplomara. No pagan lo mismo $13 billones de septiembre que $13 billones de enero.
La alternativa del plazo fijo UVA, que protege frente a la inflación, fue prácticamente eliminada por el Banco Central al fijarles un plazo mínimo de 6 meses días atrás. La decisión de la entidad conducida por Santiago Bausili, de la mano de las quejas de los bancos por tener que pagar depósitos indexados cuando no pueden colocar ese dinero en instrumentos similares, vino a eliminar esa vía de escape. Para los ahorristas, ni el fondo común de inversión quedó como opción atractiva ahora que pagan rendimientos en torno al 80% anual.
Los ahorristas y las empresas desarmaron buena parte de sus depósitos
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE