Las cremaciones siguen ganando lugar como rito de despedida
Edición Impresa | 15 de Noviembre de 2024 | 04:50

En línea con una tendencia global, las familias en La Plata optan cada vez más, frente a la pérdida de un ser querido, por la cremación, y la sepultura en tierra, la modalidad tradicional hasta principios de este siglo, va quedando atrás como costumbre funeraria. Esa inclinación en el cambio de hábitos a la hora de la despedida de una persona fallecida comenzó a advertirse a mediados de 2000 y dio un vuelco contundente al irrumpir la pandemia. Ahora, todo indicaría que no hay vuelta a atrás en la elección del servicio que se elige en las casas velatorias.
El fenómeno social se registra en números en CABA, donde la cremación se impone con fuerza sobre cualquiera de las otras formas de destino final de una persona fallecida (la sepultura, la disposición en nicho, o la bóveda familiar). En la ciudad capital del país ya en 2022 ganaba la incineración 60 al 40 por ciento que le correspondía a la ceremonia de entierro.
De acuerdo con esas estadísticas, entre enero y agosto de este año se registraron en CABA 9.582 cremaciones, lo que significa un aumento en comparación con las 9.032 realizadas en el mismo período de 2023. Asimismo, hubo 3.581 sepulturas en los primeros ocho meses del año frente a 3.157 en ese lapso del año anterior, y las inhumaciones en nicho disminuyeron, pues se realizaron 1.344 frente a 1.527.
La tendencia a la baja de sepulturas y al aumento de las cremaciones se da también en esta ciudad. “Desde hace años que se ve esa preferencia, tanto que el catolicismo ya deja librado a las familias esa posibilidad, al punto que en varias iglesias se disponen cinerarios para que se depositen las cenizas”, puntualizó Pedro Osácar, propietario de una tradicional casa de sepelios platense.
Según confirmó Osácar, “una pequeña porción de personas no están de acuerdo con la cremación, pero para muchas familias es lo más fácil, lo más rápido y lo más práctico, porque de esa manera no quedan atados a la perpetuidad, por la que hay que pagar expensas periódicamente”.
Por un servicio con cremación hay que pensar en un presupuesto que arranca en 700.000 pesos, aunque el valor final depende del ataúd que se elija, porque los hay, según indicó el empresario funerario, “de hasta 1.000.000 y 2.000.000 de pesos”.
En contraste, un entierro en cualquiera de los cementerios privados de la Región superan por mucho el millón de pesos y eso sin contar los gastos adicionales como el mantenimiento de la parcela o de la tumba, pues, en promedio las expensas de ese servicio cuestan unos 25.000 por mes.
Por un servicio de cremación hay que pensar en un presupuesto de 700.000 pesos
Según la experiencia de Osácar, si bien ganan por lejos las cremaciones, en La Plata quienes prefieren las sepulturas tradicionales se inclinan por el Cementerio Local. “En líneas generales, si la decisión es que el fallecido vaya a tierra, entonces se suele elegir el Municipal, justamente por los valores que exigen los parques privados”. Una sepultura en la necrópolis de diagonal 74 cuesta alrededor de 120.000 pesos, y se renueva recién cinco años más tarde. Allí también se siente el cambio: en pocos años, se pasó de 6 mil a 2.700 ingresos anuales.
También se modificaron otros modos del ritual. Se pasó, en menos de un siglo, de velar al familiar en el domicilio a hacerlo en casas preparadas para esos servicios y de un tiempo a esta parte, a acortar las horas. “Depende mucho -afirmó Osácar- de la persona que se vele. Si es joven y el dolor muy profundo muchas veces la familia prefiera que el servicio dure más, y con personas muy mayores o que han estado mucho tiempo enfermas lo más seguro es que dure menos horas”.
Una de las trabas para la cremación se presentaba entre las familias practicantes del catolicismo, ya que desde el Vaticano se promovió durante siglos el entierro como la única forma aceptable a partir de la creencia de la resurrección de la carne.
Sin embargo, en 1963 el papa Pablo VI permitió oficialmente la cremación para los fieles católicos, aunque bajo ciertas condiciones. Recién en 2016, el Vaticano permitió esa forma de despedir a las personas fallecidas, pero la directriz es evitar la dispersión de las cenizas o su conservación en el hogar, sino que sean depositadas en un lugar sagrado como un cementerio o una iglesia (cinerarios).
Con esa combinación de conveniencia económica y transformación desde lo cultural, las cremaciones crecieron en el resto del mundo. Distintas naciones de Europa, como el Reino Unido y Suecia, adoptaron la modalidad de manera masiva, mientras que en Estados Unidos, esa práctica funeraria también superó el entierro.
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