Hábitos saludables: para sentirse bien después de los 50 años

Realizar una serie de pequeños actos sostenidos en el tiempo ayuda a tener una mayor longevidad. Algunos consejos y recomendaciones para adoptar y cuidar el cuerpo

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Vivimos en la época dorada de la longevidad. Como nunca antes, la expectativa de vida ha aumentado en todo el planeta gracias a los grandes avances de la ciencia y la medicina.

Vacunas, nuevos fármacos, urbanización e higiene en las ciudades y decenas de cosas más nos ayudan a prolongar la esperanza de vida cada año. En ese camino para vivir más y mejor, es fundamental cuidar nuestro cuerpo, alimentarlo, hidratarlo, realizar actividad física todos los días y descansar al menos 7 horas cada noche.

Hay muchos mitos sobre el envejecimiento, y la idea de que necesitas reducir el ritmo o relajar los hábitos saludables es uno de ellos. En realidad, podemos hacer varias cosas al llegar a los 50 -o 60 o 70- que pueden tener un gran efecto en nuestra salud y aumentar las probabilidades de vivir más tiempo. A continuación, algunas de ellas:

MANTENER RELACIONES SOCIALES

¿Estás pasando mucho tiempo solo? Aunque no lo creas, la soledad puede tener un fuerte impacto en tu salud mental y física, y el riesgo de los adultos mayores es particularmente importante porque muchos de ellos pierden el contacto con familiares y amigos debido a mudanzas, limitaciones físicas o fallecimientos.

- Mantenete en contacto con familiares y amigos. Si no podés hacerlo en persona, conectate con llamadas telefónicas y videollamadas.

- Hacé trabajo voluntario. Las investigaciones indican que el trabajo voluntario tiene beneficios físicos y mentales para los adultos mayores.

- Aprendé algo nuevo. Las investigaciones indican que adoptar un pasatiempo nuevo no solo es beneficioso para tu vida social, sino que también puede representar un beneficio para el cerebro.

- Considerá la posibilidad de adoptar una mascota. Hay estudios que sugieren que tener una mascota puede ayudar a los adultos mayores a mantenerse activos físicamente e incluso ayudarlos a conservar las habilidades relacionadas con la memoria y el pensamiento.

EXÁMENES DE VISTA Y AUDICIÓN

Es común visitar al médico para el chequeo anual, pero muchas personas olvidan hacer lo mismo con la vista y la audición.

Una razón importante: las personas que tienen problemas auditivos y no los solucionan son más propensas a sufrir de demencia. Y el deterioro de la visión puede aumentar el riesgo de caídas, además de varios otros problemas de salud.

Si necesitás aumentar el volumen del televisor o te cuesta entender conversaciones cuando hay ruido de fondo, tu audición podría estar deteriorándose.

OCUPARSE DE LA BOCA

Las caries no son solo cosa de niños. El deterioro de los dientes y la enfermedad de las encías pueden presentarse a cualquier edad, y hay estudios que han asociado a ambos con riesgos de enfermedades cardiovasculares y respiratorias (como la neumonía). La mala salud oral también se ha vinculado con la enfermedad de Alzheimer y la demencia.

Ya conocés la rutina: cepillarte los dientes después de cada comida (con una pasta dental que contenga fluoruro) y usar hilo dental con regularidad. Debés visitar al dentista dos veces al año.

PRESTAR ATENCIÓN AL SUEÑO

El término “dormir como un bebé” tiene mucho de cierto, pero a medida que envejecemos puede resultar más difícil descansar bien durante la noche. Dormir mal se ha asociado con una variedad de problemas de salud, como diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades cardíacas, derrames cerebrales e incluso la muerte prematura.

Si tenés problemas para conciliar el sueño o para dormir sin interrupción, habla con tu médico. Aunque es posible que necesites adoptar nuevos hábitos. Estas son algunas cosas que puedes probar:

- Seguí horarios fijos para dormir. Acostate y levantate alrededor de la misma hora todos los días.

- No te vayas a dormir con hambre ni con el estómago demasiado lleno.

- Ojo con lo que tomás. El consumo de cafeína demasiado tarde en el día puede quitarte el sueño. El alcohol tal vez te ayude a dormitar, pero puede interferir en el sueño durante la noche.

- Mantené el dormitorio oscuro.

- Busca maneras de relajarte antes de dormir.

 

Si todavía fumás, es clave que dejes de hacerlo. El cuerpo va a notar la diferencia

 

MANTENER EL PESO BAJO CONTROL

Es común que los adultos aumenten de peso cuando llegan a la mediana edad, con frecuencia debido a un cambio en el metabolismo. Para frenar el aumento de peso:

- Quema al menos las calorías que consumís.

- Prestá atención a los peligros comunes, como ir a comer afuera o a fiestas con comida poco saludable varias veces a la semana.

MEJORAR EL EQUILIBRIO

Además del ejercicio aeróbico, los adultos mayores necesitan dedicar tiempo a fortalecer la resistencia muscular y el equilibrio para ayudar a prevenir la pérdida ósea y reducir el riesgo de caídas.

Las caídas son una causa principal de lesiones en los adultos mayores.

El entrenamiento de resistencia mantiene la fuerza muscular, mientras que el entrenamiento de equilibrio y coordinación es fundamental para reducir el riesgo de caídas. No hace falta que te vayas a un gimnasio: las tareas de jardinería o el trabajo con bandas de resistencia cuentan como entrenamiento muscular. Y para mejorar el equilibro, prueba pararte sobre un pie.

SI TODAVÍA FUMÁS, DEJÁ DE HACERLO

Nunca es demasiado tarde para dejar el tabaco. Si bien los años de fumar tienen un costo, tu sistema circulatorio y tu función pulmonar pueden mejorar, aun si dejas de fumar cuando ya sos mayor.

El tabaquismo es una adicción, y dejar de fumar no es fácil. Pero hay recursos para ayudarte.

Poner el cuerpo en movimiento es fundamental / Web

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