“Hay fuga de la escuela pública y eso se nota más en la clase media-alta”
Edición Impresa | 28 de Noviembre de 2024 | 02:08

El director Director del Centro de Estudios de Educacion (CEA) de la Universidad de Belgrano, Alieto Guadagni, advirtió ayer que “hay una fuga de la escuela pública” y que, sobre todo, las familias de clase media-alta “ya no mandan a sus hijos a las escuelas del Estado”. Además, habló de una virtual “privatización” del sistema universitario argentino, al referirse al crecimiento que, como en el nivel escolar, se verifica en la matrícula en las instituciones privadas.
Las palabras de Guadagni tuvieron lugar en el marco del seminario virtual de “Libertad Educativa” que organizó la Universidad del CEMA en el mediodía de ayer y del que participó EL DIA. Durante su exposición, el economista y experto en temas educativos presentó el último “Panorama de la educación argentina en el siglo XXI”, elaborado por el CEA.
De ese documento surge, por ejemplo, que en los últimos 27 años, entre 1996 y 2023, la matrícula estatal en todos los niveles aumentó un 37% frente al 48% registrado en el sistema privado.
Los casos más llamativos se dan en el nivel primario, donde la matrícula pública en el período mencionado se retrajo un 6%, mientras la privada subió un 31%.
Sobre el aumento de la matrícula privada, Guadagni se preguntó si este crecimiento obedece a que los alumnos se sienten atraídos por el sistema privado o si en realidad son expulsados de la escuela pública. “Yo creo que sucede esto último”, planteó y habló entonces de una “fuga del sistema estatal. La clase media-alta ya no va a las escuelas del Estado”, sostuvo.
El relevamiento del CEA da cuenta también del avance de la matrícula privada en el sistema universitario, que en el citado período se disparó un 137%, frente al 59% de la pública. “Se observa una privatización de la educación universitaria”, marcó Guadagni.
Otro tema que aparece en el informe y que se tocó en el seminario virtual del que participó Guadagni es el de la graduación universitaria, que entre 2003 y 2022 aumentó un 155,1% en el sistema privado, frente al 66% en el estatal.
Se advirtió además sobre la eficacia en la graduación universitaria, es decir los alumnos que se reciben en un promedio de 5 años, que en 2022 era de solo el 23,2%. Aunque llegaba al 38,3% en las universidades privadas, contra el 26,6% de las estatales.
Con respecto a la cantidad de alumnos por graduado, esta cifra es marcadamente mayor en las universidades estatales, con 2.030.633 estudiantes y 98.728 egresados en 2022, lo que da 20,6 alumnos por graduado. En las privadas son 510.221 y 47.000, dando 10,9 por graduado.
Guadagni también comparó la graduación universitaria en Argentina, Brasil y Chile. Advirtió que aunque nuestro país tiene más estudiantes universitarios que Brasil y Chile (en proporción a su población), nosotros tenemos solo 27 graduados cada 100 ingresantes, frente a los 71 de Chile y los 38 de Brasil. Y apenas 32 graduados cada 10.000 habitantes, contra los 55 de Chile y los 59 de Brasil.
Aclaró también que tanto Brasil como Chile exigen la aprobación de exámenes supervisados por el Estado antes de ingresar a la universidad. Algo que contrasta con la política de ingreso irrestricto que rige en el país y especialmente en La Plata.
Otros aspectos que están en el informe del CEA al que accedió este diario y que ayer repasó Guadagni tiene que ver con la relación entre educación y empleo.
Según datos del Indec del segundo trimestre de 2024, del total de desocupados que hay en la Argentina, un 91,6% no tiene título universitario y solo el 8,4% de esos desempleados son profesionales. A su vez, el número de graduados del nivel terciario que poseen empleo es casi 3 veces superior al de aquellos que no cuentan con empleo, dado que los trabajadores con terciario completo representan el 25,2% de la población ocupada, contra el 8,4% de desocupados.
También se verifica que a menor nivel educativo, mayor es la posibilidad de caer en la pobreza, que alcanza al 57,3% de las familias en las que el jefe de hogar no tiene secundario completo, casi el doble que el 29,9% con secundario completo, según los datos más recientes de la UCA.
Para Guadagni, esto demuestra la dependencia que hay entre el nivel de educación y la prosperidad individual.
Como la otra cara de una misma moneda, la pobreza también incide en el flojo rendimiento de los alumnos, sobre todo en matemática, donde 5 de cada 10 en primaria y 8 de cada 10 en secundaria no saben lo básico. La situación más crítica se observa en las escuelas estatales.
A los magros desempeños, el estudio del CEA presentado por Guadagni agrega que casi la mitad de los estudiantes no termina la escuela en tiempo y forma.
El 45,5% de los estudiantes no logra egresar del secundario en la edad esperada en la que debería hacerlo. El porcentaje crece al 53,2% en el sector público y baja al 23,7 en el sector privado.
Las pocas horas y días anuales de clase que se dictan en la Argentina en comparación con otros países también fueron abordados por el titular del CEA.
Según citó, de acuerdo al último informe de la OCDE, Costa Rica es el país que más tiempo de clase dicta en el nivel primario con 1.228 horas anuales, seguido por Chile, con 1.006, Colombia y Países Bajos, con 940. Argentina se encuentra en el puesto 23 de 38 países, con 720 horas anuales establecidas por ley. Pero desciende en la tabla si a esta cifra se le restan los días de clase perdidos que reducen el promedio a 672 horas anuales.
Tampoco se está cumpliendo el (corto) calendario escolar argentino de 180 días que. Ese ciclo corto la sitúa en el lugar 25 de 42 naciones de la OCDE y si además se restan los días de clase perdidos, el promedio se reduce a 168 días, dejando al país casi al final del ranking. Al tope de la lista aparece Japón, con 202 días de clase anuales en el nivel primario, seguido por Países Bajos y Brasil, con 200.
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