La cena: una comida clave que puede vincularse al sobrepeso
Edición Impresa | 11 de Febrero de 2024 | 08:31

El mundo de las dietas, a menudo percibido como un terreno de sacrificios y restricciones, encuentra un enfoque más sutil al considerar el papel fundamental de los hábitos nutricionales. A pesar de la creencia común, no es necesario sufrir para que una dieta sea efectiva. Cada cuerpo es único, con un conjunto diverso de posibilidades y reacciones que combinan factores genéticos y ambientales.
Un equipo de investigación de la Universidad de Murcia, en colaboración con la Universidad de Harvard, el Instituto Karolinska de Estocolmo y la Universidad de Granada, ha arrojado luz sobre la conexión entre la hora de la cena y sus impactos directos en los índices de grasa corporal y el ritmo de pérdida de grasa.
La nutricionista e investigadora Marta Garaulet, directora del proyecto, desveló el descubrimiento de una enzima clave: la Lipasa Sensible a Hormonas (LSH). Esta enzima, crucial para la quema de grasa, se ve afectada por la hora de la cena. Si se cena tarde, la LSH asume que no debe procesar la grasa, según destacó el portal de la Universidad de Murcia.
A través de estudios realizados a escolares de entre 8 y 12 años, se evidenció que aquellos que cenan después de las 20:45 horas presentan el doble de obesidad que los que cenan antes. Esto subraya la importancia de considerar los hábitos alimenticios desde una edad temprana.
¿Cuál es la hora ideal para cenar y favorecer la pérdida de peso? Las investigaciones de la UM y sus colaboradores señalan que la hora más adecuada para la cena es aproximadamente 2 horas y media antes de ir a dormir, un consejo adaptable a diversos estilos de vida. Cenar más tarde se relaciona con una mayor propensión a la obesidad y un aumento en los niveles de glucosa en sangre.
La conexión entre la cena y la calidad del sueño es un aspecto crucial que aborda Garaulet. Mientras dormimos, el sistema digestivo descansa y se dedica a reparar los tejidos implicados en la digestión. La hormona melatonina, que juega un papel fundamental en el sueño, entra en acción durante estas horas. Consumir alimentos cuando sus niveles son altos puede afectar la producción de insulina, la regulación del azúcar y contribuir al aumento de peso.
No es solo un problema exclusivo de los adultos; los más pequeños del hogar también se ven afectados. Un estudio a escolares resalta que aquellos que cenan después de las 20:45 horas presentan el doble de obesidad que los que cenan antes.
Establecer un horario adecuado para cenar se vuelve esencial para evitar estos problemas. Aunque la hora exacta puede variar según el individuo y su estilo de vida, las recomendaciones apuntan a cenar al menos 2 horas y media antes de acostarse para optimizar la digestión y la quema de grasa.
El impacto de la cena en la calidad del sueño no se limita solo a la hora; los tipos de alimentos también juegan un papel crucial. Alimentos con altas cantidades de azúcar o carbohidratos pueden alterar los niveles de energía, dificultando la conciliación del sueño.
Un dicho popular, “desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo”, cobra sentido. Distribuir la mayor parte de las calorías por la mañana ayuda a quemarlas eficientemente durante el día, contribuyendo a la pérdida de peso o su mantenimiento.
La conexión entre la cena y la calidad del sueño es un aspecto crucial según los expertos
Cambiar este simple hábito puede tener impactos positivos inmediatos en los ciclos nocturnos y el metabolismo. Con un enfoque consciente en la hora y la calidad de la cena, podemos allanar el camino hacia una salud digestiva óptima, un peso equilibrado y un sueño reparador. La ciencia de la cena, como revelan estos estudios, es un componente esencial de nuestro bienestar general.
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