Motochorros, la dura realidad con la que conviven todos los platenses

La ola de inseguridad que atraviesa a la ciudad de La Plata muestra distintas metodologías al servicio de quienes viven del hampa, aunque una buena porción de ese universo delictivo está vinculada a las motos.

Hoy los motochorros representan un drama sin freno en todos los rincones del partido. De noche y de día. En el centro y no tan centro.

Se sabe que poner un pie en la calle es sinónimo de peligro. Y si bien la oscuridad siempre potencia los riesgos, las estadísticas muestra casos ocurridos al alba o con la llegada de las primeras luces.

Por eso el pedido de mayor presencia policial en las calles. Los famosos patrullajes, que para muchos están en retirada, son la herramienta más eficaz para controlar a los delincuentes, que utilizan este tipo de vehículos para facilitar sus movimientos.

Es que la versatilidad es uno de sus mayores atributos. Pueden andar por arriba de la vereda, en contramano y desarrollar velocidades muy complejas de rebatir, con un alto poder de aceleración en pocos segundos.

Si bien la Policía se la pasa haciendo operativos de interceptación vehicular y, secuestrando un promedio de 10 motos por día, según indicaron a este diario fuentes de la fuerza, el nivel de robos de estos rodados es tan alto, que rápidamente reponen lo que perdieron a manos de las autoridades.

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Anteanoche, cerca de las 22.30, dos motochorros asaltaron a un empleado del Servicio Penitenciario Federal en la esquina de 49 y 18.

Según relató la víctima, le pusieron un arma en el pecho para sacarle una mochila donde llevaba pertenencias de trabajo como un ambo blanco, un cuaderno con códigos de tarjetas, un tensiómetro, un saturómetro, 30 mil pesos y una credencial de trabajo.

En camino Centenario y Cantilo, sentido a Capital, dos delincuentes en un motovehículo 150cc arrinconaron a un hombre, le apoyaron un elemento punzante y le dijeron: “Estás regalado, dame el celular”.

También le arrancaron una mochila con distintas pertenencias. Hasta un preservativo

En 173 y 40, dos ladrones armados se apoderaron de una motocicleta y también del celular de su propietario.

Eran dos, por lo que salieron uno en cada moto. La que tenían y la que acababan de conseguir.

CAMBIOS DE RUTINA

“No salgas después de tal hora”, “dejá el auto afuera”, “antes de bajar del auto date una vuelta a la manzana”, son frases que prueban que de algún modo los conceptos como “tranquilidad” y “disfrute” prácticamente han desaparecido de la vida de cientos de familias de ese sector.

Sin dudas, el delito ha cambiado hábitos en la Ciudad.

En enero pasado, en la zona de 66 entre 28 y 29, dos motochorros intentaron robar una moto de alta cilindrada a un hombre que salía de una vivienda de la cuadra.

Al momento que se encontraba a bordo de su moto, la víctima fue interceptada por los asaltantes, que actuaron con un violento accionar.

Uno de ellos -que se encontraba como acompañante- bajó del rodado y, a punta de pistola, le exigió las llaves de la moto.

El hombre retiró la llave e intentó huir a pie, pero recibió un disparo en una de sus piernas.

A partir de ello, los implicados desistieron del robo y se fugaron rápidamente del lugar.

Ante la demora del servicio médico y la importante pérdida de sangre, la víctima fue trasladada hacia el nosocomio mencionado y comprobaron que no corría riesgo de vida.

Por el caso, días más tarde, hubo al menos una detención.

A principios de mes, en tanto, una escribana fue asaltada por motochorros en 21 entre 35 y 36.

La embestida fue tan intempestiva, que la mujer no alcanzó a ver si portaban armas. Solo atinó a cumplir con las demandas de los delincuentes para evitar un mal mayor.

De este modo, la notario se terminó desprendiendo de su cartera en la que guardaba su teléfono iPhone 13, su billetera con todas sus tarjetas, un juego de llaves de su casa y un token que utiliza para la firma digital de expedientes.