Receta equilibrada: a comer de todo, en cantidades adecuadas

La renombrada dieta mediterránea resignifica el valor de la ingesta diaria. Los productos frescos, las grasas sanas y las proteínas ocupan un rol importante. Lo que hay que tener en cuenta

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La dieta mediterránea ha sido reconocida por sus numerosos beneficios para la salud, y no es difícil ver por qué. A diferencia de otras dietas que suelen ser restrictivas y difíciles de mantener a largo plazo, la dieta mediterránea se presenta como un estilo de vida saludable y sostenible.

Una de las características más destacadas de la dieta mediterránea es su enfoque en las grasas saludables. Si bien las recomendaciones federales de salud suelen recomendar un consumo moderado de grasas, la dieta mediterránea se destaca por su ingesta relativamente elevada de grasas. Sin embargo, estas grasas provienen principalmente de fuentes saludables como el aceite de oliva, el pescado, los cereales integrales, las nueces y las semillas.

El aceite de oliva ha sido un elemento clave en la dieta mediterránea y se ha demostrado que sus grasas monoinsaturadas son beneficiosas para la salud del corazón. Además, el aceite de oliva también tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que pueden prevenir daños en las células y los vasos sanguíneos. Estudios han demostrado que el consumo regular de aceite de oliva puede reducir significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer y otras enfermedades crónicas.

 

El pescado también es uno de los componentes importantes de la dieta mediterránea

 

El pescado también es un componente importante de la dieta mediterránea, especialmente las variedades grasas ricas en ácidos grasos omega-3. Estos ácidos grasos son conocidos por sus beneficios para el corazón, incluyendo la reducción del colesterol y la presión arterial. Consumir al menos dos porciones de pescado a la semana es una de las recomendaciones clave de la dieta mediterránea.

Además del aceite de oliva y el pescado, la dieta mediterránea también incluye otros alimentos ricos en grasas saludables como los cereales integrales, las nueces, las semillas y las aceitunas. Incluso los aguacates, a pesar de no ser originarios de la región mediterránea, son un alimento popular en las versiones modernas de esta dieta.

A la hora de cocinar con grasas saludables, hay muchas opciones deliciosas y saludables para elegir. Desde untar un poco de aguacate en una tostada integral con aceite de oliva, hasta preparar platos de pescado al horno con hierbas y aceitunas, la dieta mediterránea ofrece una amplia variedad de recetas sabrosas y nutritivas.

En resumen, la dieta mediterránea es mucho más que un régimen alimenticio; es un estilo de vida saludable y equilibrado que promueve el consumo de grasas saludables y alimentos frescos y nutritivos. Al adoptar la dieta mediterránea, es posible disfrutar de una alimentación deliciosa y beneficiosa para la salud, sin necesidad de sacrificar el sabor o pasar hambre.

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