Es clave mitigar la propagación de enfermedades respiratorias

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El camino hacia las jornadas invernales y el cambio de las condiciones climáticas que se registra en esta época, originan todos los años situaciones propicias para que se propaguen las enfermedades respiratorias, algo que motiva las recomendaciones médicas formuladas por especialistas para pacientes con asma y EPOC.

Como se sabe, las enfermedades respiratorias crónicas comprenden un grupo de patologías que afectan a una o más partes del aparato respiratorio, pudiendo comprometer los bronquios, los pulmones y la caja torácica. Entre las más habituales se encuentran el asma, la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), la fibrosis pulmonar, el síndrome de apnea del sueño y la hipertensión pulmonar, entre otras.

Se habla de enfermedades muy frecuentes en la población, que pueden llegar a causar incapacidad y que originan altos márgenes de ausentismo laboral.

Entidades médicas señalan que muchas veces no se encuentran bien diagnosticadas y entre las causas más frecuentes se mencionan, como principal, el humo del tabaco, seguida por la contaminación del aire en espacios cerrados, la exposición a alérgenes y la inhalación de polvo y productos químicos.

Entre las sugerencias, los expertos aconsejan a los afectados por estas dolencias crónicas que sigan estrictamente su medicación y, en caso de no poder salir de casa, realizar ejercicio físico a diario en sus hogares, según la orientación de su médico. Y esta indicación tiene que ver con una falencia: se estima que solo 4 de cada 10 pacientes asmáticos siguen el tratamiento completo prescripto por su médico, por lo que la falta de adherencia a las terapias es del 60 por ciento.

Otro de los consejos tiene que ver con vacunarse, ya que la inmunización contra la gripe y contra la neumonía por neumococo se consideran clave. A su vez, en lo nutricional se propone seguir una alimentación lo más saludable posible que permita a los pacientes mantenerse bien nutridos y en lo posible sin sobrepeso. El consejo apunta a una dieta a base de vegetales, frutas y proteínas que permita no perder masa muscular y no sufrir sobrepeso.

Cabría señalar que las recomendaciones sanitarias adquieren mayor significación para nuestra zona, afectada frecuentemente por lluvias, inundaciones y siempre por la cercanía del Río de la Plata, en circunstancias que generan elevados registros de humedad y cuya principal secuela se traduce en una mayor prevalencia de los cuadros, especialmente entre los menores de edad y los adultos mayores.

Otro punto a tener cuenta tiene que ver la prioridad de acudir en ayuda de los más carecientes y de las emergencias de naturaleza social, especialmente en aquellas zonas que, por caso, exhiben elevados índices de desnutrición infantil.

En ese contexto, la llegada del frío plantea un factor de riesgo adicional, como es fácil advertir. Se requiere allí una adecuada asistencia sanitaria, tanto en materia de prevención como de tratamientos de rehabilitación.

En síntesis, las bajas temperaturas obligan siempre a tomar una serie de medidas preventivas para toda la población y, al mismo tiempo, a que se atiendan y prioricen las demandas propias de quienes viven rodeados de carencias estructurales, urgidos por toda clase de necesidades.

 

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