Putin y el uso del recuerdo de la Segunda Guerra Mundial

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Rusia se engalanó con aires patrióticos para el Día de la Victoria, una celebración de la derrota de la Alemania nazi en la II Guerra Mundial que el presidente, Vladímir Putin, ha convertido en un pilar de sus 25 años de poder y una justificación de su ofensiva en Ucrania.

Aunque 79 años después de que Berlín cayera ante el Ejército Rojo quedan pocos veteranos vivos de los que Rusia llama la Gran Guerra Patriótica, la victoria sobre la Alemania nazi sigue siendo el símbolo más importante y venerado del poderío del país y una pieza clave de su identidad nacional.

Las celebraciones en Rusia, lideradas por Putin, que esta semana comenzó su quinto mandato en el cargo, recuerdan ese sacrifico bélico y se han convertido en su feriado secular más importante.

“El Día de la Victoria une a todas las generaciones”, dijo Putin en un discurso durante el desfile en la Plaza Roja, mientras caían algunos copos de nieve. “Avanzamos esgrimiendo nuestras tradiciones centenarias y confiamos en que juntos aseguraremos un futuro libre y seguro de Rusia”. Mientras, los batallones pasaban por delante y el material militar retumbaba al pasar sobre los adoquines de la plaza.

 

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