La inflación seguiría a la baja y caería a un dígito en la próxima medición

Estiman un 9 por ciento para abril y un 7,5 por ciento para mayo. El Indec da a conocer mañana el índice del mes pasado

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El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que publica el Banco Central y que recopila los pronósticos de consultores, bancos y otras entidades corrigió a la baja las expectativas de inflación para los próximos meses. Según estas estimaciones, la inflación de abril, que el Indec dará a conocer mañana, sería del 9%, mientras que el índice de mayo estaría en el orden del 7,5%.

También se observó un descenso muy fuerte para la inflación proyectada para 2024, que según el informe llegaría al 168%. Esto es unos 28 puntos porcentuales menos de lo pronosticado el mes anterior.

Para los próximos 12 meses, el REM espera una inflación del 88%. De concretarse, sería el primer dato con dos dígitos anuales desde enero de 2023. De nuevo hubo un fuerte descenso, de 32 puntos, con respecto a la encuesta del mes pasado, que esperaba un alza en los precios del 120%.

En cuanto a la inflación núcleo (la medición que no incluye precios regulados, como las tarifas, ni estacionales), los consultores del REM estimaron para los próximos 12 meses un 81,3%, con una baja de 31 puntos en relación al mes anterior.

También las consultoras privadas adelantaron que la inflación de abril se mantendría por debajo de la barrera del 10%. El estudio Orlando Ferreres & Asociados espera 9,6% para abril. Y la Fundación Libertad y Progreso calculó un 8,4%.

Un anticipo del índice que podría dar el Indec llegó días atrás con la difusión de la inflación porteña, que marcó un 9,8% para abril, acumulando 72,6% desde enero y 292,5% en el último año, con los alimentos por encima del promedio general. Se trató del primer índice de un dígito mensual registrado desde la asunción de Javier Milei.

Según la opinión de distintos economistas, las razones de la baja de la inflación se explican por la recesión que desalienta la demanda y obliga a las empresas a recalcular los precios de sus productos para poder venderlos a consumidores con el poder adquisitivo golpeado.

Para encontrar la última suba de un dígito en el IPC hay que remontarse a octubre del año pasado, cuando el ritmo de aumentos era del 8,3%. Desde entonces, la presión fue hacia el alza y detonó en diciembre con un pico del 25,5% mensual. Luego comenzó a bajar hasta niveles del 11% según el último dato oficial correspondiente a marzo, acumulando una suba de 287,9% de manera interanual.

“La inflación rompió la barrera del 10% un poco antes de lo previsto y en abril se ubicaría en el 8,8%”, destacó el último informe de la Consultora EcoGo y amplió: “La tensión entre el freno de la actividad y el aumento de los precios regulados, se sostiene en abril con una dinámica donde a la caída de los salarios reales se suma la corrección de precios relativos que lleva a las familias a redistribuir el gasto a favor de los servicios regulados y deja poco espacio para el consumo”.

Entre las subas más fuertes de abril aparecen los gastos de la Vivienda, particularmente impulsados por los aumentos tarifarios (luz, gas y agua), también la homologación de las paritarias de los encargados de edificios y las subas en las expensas. Según EcoGo, este rubro aportaría un alza del 49,1% en el indice de abril.

Otro ítem que presiona a la suba es Salud (11,8%), teniendo en cuenta los aumentos en las prepagas, ya que los descuentos anunciados en las cuotas figurarán en la inflación de mayo.

En la baja de la inflación, influye claramente la dinámica de los alimentos que pesan fuerte en el indice de precios. El rubro sigue marcando una fuerte desaceleración con un desplome respecto de marzo, advirtió Eco Go y ubicó la suba promedio de la categoría en 5,6%, prácticamente la mitad de lo que ocurrió el mes anterior.

La contracara de la caída en las góndolas es la depresión del consumo: en el primer trimestre del año, los autoservicios y supermercados vendieron un 5,1% menos que en el mismo lapso del año pasado, según la consultora Scentia.

La Fundación Libertad & Progreso (LyP) , por su parte, estima para una inflación del 8,4% desacelerándose 2,6 puntos porcentuales respecto a la medición oficial de marzo (11%). De esta manera, la variación interanual alcanzaría el 287,8%, similar al dato del mes anterior.

Respecto a mayo, el IPC-Libertad y Progreso registró un aumento de 1,6% en la primera semana del mes. En términos mensuales, la inflación se ubicaría en 7,1%, retrocediendo 1,3 puntos respecto al cierre de abril. “Con estos datos, nuestra proyección base de inflación para el mes de mayo es de 4,5%; por lo que en un escenario conservador podríamos hablar un IPC que se ubique en el rango 5,0%-5,5%”, anticiparon en la Fundación y abundaron: “Tomando la estimación que surge de nuestro relevamiento a la primera semana de mayo (4,5%), el IPC de este mes tendría el registro más bajo desde enero de 2022 (3,9%). En cuanto a la variación interanual, se ubicaría en 276% y presentaría una reducción de casi 12 puntos porcentuales respecto al dato de abril, habiendo tocando el techo en dicho mes. En tanto la variación acumulada en los primeros cinco meses del año se ubicaría en 71,8%”.

La fuerte desaceleración, se explicó, tiene dos componentes: “Por un lado, la inflación núcleo, que excluye a los precios regulados y con comportamiento estacional, sigue desacelerándose y esperamos que en el mes se ubicará en el rango 3,5%-4,0%. A esto se suma que los precios regulados anotarán una suba reducida, ponderada por los incrementos en las tarifas de trenes del AMBA y servicios de telecomunicación, y debido a la postergación de los aumentos de tarifas de electricidad y gas y de la actualización del impuesto a los combustibles”.

La contracara de la caída en las góndolas es la depresión del consumo

 

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