Una familia tipo debe ganar más de 820.000 pesos para no ser pobre

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La canasta básica total subió 7,1% en abril, por debajo de la inflación, que fue del 8,8%, y una familia necesitó $828.158 para no ser pobre, informó el Indec. Además, la canasta alimentaria creció 4,2% y se necesitaron $373.044 para no ser indigente.

La canasta básica total aumentó un 67% en lo que va del año y tuvo una suba del 307,2% interanual.

Por su parte, el costo de los productos que integran la Canasta Básica Alimentaria (CBA) subió 4,2% en abril, lo que determinó que el mismo tipo de familia necesitó ingresos por $ 373.044 para no caer en la indigencia.

La CBA acumuló un alza del 55% en los primeros cuatro meses del año y una variación del 296,2% interanual.

De acuerdo con los datos informados por el INDEC, una persona necesitó $268.012 para no ser pobre en abril.

En un hogar de tres personas, se requirieron $659.310; en tanto, una familia de cuatro integrantes necesitó un ingreso mínimo de $828.158.

Si se suma un integrante, la suma asciende a $871.040. Esto corresponde al dato de la Canasta Básica Total (CBT).

De acuerdo con los valores que marcó la Canasta Básica Alimentaria (CBA) para abril, una persona requirió de $120.726 para no ser indigente. En el caso de una familia de tres miembros, el monto asciende a $296.987 y, para cuatro, se precisaron $373.044.

Una familia compuesta por cinco personas, en tanto, requirió $392.360.

La CBT, además de alimentos, incluye varios ítems del gasto de los hogares, como indumentaria, salud, transporte o educación, lo que determina la “línea de pobreza”.

Por el otro lado, la CBA se limita a relevar bienes de primera necesidad y configura la “línea de la indigencia”: aquellas familias que no lleguen a cubrir los ingresos necesarios para adquirirla son indigentes.

Ambos índices son muy relevantes para determinar la magnitud de la crisis económica en los indicadores sociales.

Influyó en el retroceso de los indicadores la desaceleración de precios en los alimentos, que responde a varios factores. Por un lado, comenzaron a observarse algunos de los productos importados, incentivados con las medidas del Gobierno. Pero también influyó la caída en la demanda.

Según la consultora Scentia, las ventas de los supermercados cayeron 15% en abril respecto del mismo mes del año pasado y no se avizora una recuperación pese a que “los precios están empezando a desacelerar”.

 

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