Duro diagnóstico social del arzobispo porteño
Edición Impresa | 10 de Julio de 2024 | 02:17

El arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva, encabezó ayer el Tedeum en la catedral metropolitana y envió un fuerte mensaje social ante la mirada del presidente Javier Milei y todos sus ministros.
“Nadie se puede lavar las manos ante la situación social que estamos viviendo”, enfatizó el prelado, que comenzó su discurso haciendo referencia a los “hermanos paralizados hace años en su esperanza” y los que están “atravesados por el hambre la soledad”.
En la catedral estaban Milei, junto a la vicepresidenta Victoria Villarruel, el jefe de Gobierno de la Ciudad, Jorge Macri, y la vicejefa porteña, Clara Muzzio.
De los ministros que conforman el gabinete nacional estuvieron presentes Mario Russo (Salud), Diana Mondino (Relaciones Exteriores), Luis Petri (Defensa), Patricia Bullrich (Seguridad), Federico Sturzenegger (Desregulación del Estado) y Mariano Cúneo Libarona (Justicia).
“Tantos argentinos tendidos, sobre una manta en el frío de las veredas de las grandes ciudades del país, postrados a consecuencia de la falta de solidaridad y el egoísmo. En definitiva, tenemos una Argentina que nos duele hace mucho, que se dice independiente hace 208 años pero que aún hoy sufre las cadenas de diversas esclavitudes, que no nos dejan caminar como pueblo hacia un desarrollo pleno y una mejor calidad de vida para todos”, sostuvo García Cuerva.
Además, se refirió al “gran objetivo” que debe tener la sociedad para que “Argentina se cure, se ponga de pie y se independice de las camillas que la tienen postrada, paralizada y enferma”.
Al hacer alusión al Papa Francisco, señaló que “no hay tiempo para la indiferencia” y que nadie se puede “lavar las manos” ante la situación social que estamos viviendo como país.
“O somos hermanos o se viene todo abajo. Por eso invito a todos los aquí presentes y también a quienes nos siguen por los medios de comunicación y por las redes sociales a rezar juntos”, enfatizó.
“Entre todos construimos la patria”
Como lo había hecho en el tedeum del 25 de Mayo, García Cuerva dijo al comienzo que su mensaje estaba dirigido a la reflexión de todos los actores de la sociedad argentina, convencido de que “entre todos construimos la patria, más allá de saber que luego puedan querer ser tomadas frases aisladas para querer alimentar la fragmentación”.
El arzobispo hizo un paralelo entre el pasaje bíblico conocido como “la parábola del paralítico”, en la que Jesús cura a un enfermo que no puede caminar, y la realidad argentina actual, a la luz de los ideales que esbozaron los congresales de Tucumán en 1816.
El arzobispo citó al historiador Vicente Fidel López, que escribió que el Congreso de Tucumán recibía a la patria “casi cadáver” por los complejos acontecimientos que se habían sucedido desde 1810. Y trasladó esa figura a la Argentina de hoy: “Tantos hermanos paralizados hace años en su esperanza, tantos atravesados por el hambre, la soledad y una justicia largamente esperada”.
Y agregó: “Ese tiene que ser nuestro gran objetivo: que la Argentina se cure, que la Argentina se ponga de pie”.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE