Máxima: de Argentina al trono, la historia jamás contada

La serie biográfica sobre la reina consorte de Países Bajos retrata los primeros años de la relación con el, por entonces, príncipe Guillermo Alejandro. La referencia a la película “Notting Hill” y el enamoramiento de dos personas de mundos distintos

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Por VIRGINIA BLONDEAU

vivirbien@eldia.com

“Solo soy una chica, delante de un chico, pidiéndole que la ame”. Estas palabras nos derritieron a fines de los 90 cuando Anne se las dice a William en “Un lugar llamado Notting Hill”, la inolvidable comedia romántica protagonizada por Julia Robert y Hugh Grant. Anna es la gran estrella actoral del momento y el “chico”, un simple librero con un negocio situado en el barrio bohemio de Londres que aparece en el título. Al conocerse surge el flechazo pero sus mundos diferentes dan lugar a contratiempos que son el núcleo del argumento. Cuando Anna pronuncia esa frase, de alguna manera simplifica el amor y nos dice que, al enamoramos, nos despojamos de esas diferencias que nos separan, de las elucubraciones y de los artificios, en pos de querer estar con la otra persona.

Para una película de Hollywood la cita es ideal aunque luego la vida real nos cachetea con las circunstancias que nos rodean y el amor no resulta tan fácil. Eso lo saben bien Máxima Zorreguieta y Guillermo Alejandro de Orange, los protagonistas de nuestra entrega de hoy.

 

Zorreguieta es interpretada por Delfina Chaves, actriz de perfil bajo y hermana Paula

 

La historia de amor de los hoy reyes de los Países Bajos está en boca de todos porque en agosto se estrenó en Argentina la serie “Máxima”. Esta primera temporada nos cuenta sus primeros años, cómo conoció a su príncipe y cómo transcurrió su noviazgo. Finaliza con el anuncio del compromiso, en marzo de 2001.

Si comenzamos este encuentro con la cita del personaje de Julia Roberts es porque ese es el espíritu con el que parecen haber sido creados los personajes de Max y Alex en la serie: dos jóvenes de alrededor de 30 años, de vidas muy diferentes, que deciden vivir su amor entre las cuatro paredes de un departamento en Manhattan como si fueran los simples chicos de Notting Hill. La época coincide: la película se estrenó en 1999, el mismo año en que suceden los hechos. Pero resulta que él es el heredero al trono de un país europeo y ella una exitosa economista argentina cuyo padre tuvo algún tipo de participación durante la dictadura militar. De “simple”, nada. Y la cosa se complica.

Foto oficial del compromiso de Máxima / Web

La serie está basada en el libro “Máxima Zorreguieta. Madre patria” de la holandesa Marcia Luyten. Si bien no es una biografía oficial ya que no está ni avalada ni aprobada por la corona, la autora pudo entrevistar a familiares y allegados de la reina que nunca antes habían dado su testimonio. Aparentemente la consigna era “pueden hablar y decir lo que quieran”. Luyten vino en tres oportunidades a Argentina y accedió a 139 personas del entorno de Máxima. Descubrió, gracias a su investigación, a una persona ambiciosa, inteligente, que había recibido una instrucción formal de excelencia y una educación informal por parte de sus padres que fue fundamental para forjar su carácter. Sin su sólida formación, ninguno de sus logros hubiera sido posible. Luyten destaca en Máxima su inteligencia emocional que fue la que le sirvió para darle un soplo de aire fresco a la encorsetada familia real.

 

La historia de amor de los reyes de los Países Bajos está en boca de todos por la serie “Máxima”

 

El libro, además, pone el foco en la sociedad y momento político en el que Máxima creció. Y eso se ve reflejado también en la serie. Recordemos que la reina nació en 1971 y, por lo tanto, tenía cinco años cuando se produjo el golpe militar que dio paso al período conocido como Proceso de Reorganización Nacional. Desde 1976 y hasta 1981 su padre, Jorge Zorreguieta, fue funcionario en el área de agricultura y ganadería de un gobierno que, más allá de las cifras, hizo desaparecer personas y escribió una de las páginas más oscuras de nuestra historia. Zorreguieta seguramente no tomo decisiones ni participó en la represión pero es imposible que no haya sido testigo de lo que sucedía. Veinte años después su accionar fue el principal escollo que su hija tuvo que sortear para casarse.

En la serie lo muestran como muy comprometido con la ideología del gobierno y bastante crítico con el advenimiento de la democracia de la mano de Raúl Alfonsín. No podía saber Zorreguieta que precisamente Alfonsín sería, diecisiete años después, uno de los artífices de la boda. “Esa chica se casó gracias a mí” solía repetir el expresidente. Y algo de razón tenía. La anécdota no aparece en la serie (por lo menos hasta el tercer capítulo) pero lo cierto es que dentro del marco de la investigación que el gobierno holandés hizo sobre el entorno de Máxima, el primer ministro lo llamó personalmente a Alfonsín, a quien conocía bien, y le preguntó si consideraba que Máxima tenía valores democráticos. A pesar de no conocerla, el viejo zorro escondía a un romántico y le dijo que sí, que la muchacha se había formado en libertad y que, por otro lado, no debía pagar por los errores de sus padres.

Una de las escenas de la biopic / Web

Claro que del lado de Guillermo Alejandro las cosas tampoco eran tan prístinas. Su padre había pertenecido a las juventudes hitlerianas y su abuelo, el príncipe consorte Bernardo, fue acusado en varias oportunidades de soborno incluso uno en especial en el que estuvo involucrada Eva Perón. Tampoco había sido muy prolijo en asuntos de cama y se le adjudicaron por lo menos dos hijas extramatrimoniales. Tal vez por eso también haya sido el recelo del gobierno holandés al aprobar el matrimonio del futuro rey. Querían asegurarse, por fin y de una vez por todas, que un monarca tuviera una consorte adecuada. Más allá de la polémica inicial, todo parece indicar que con Máxima lo han logrado.

La serie está protagonizada por Delfina Chaves, una actriz de perfil bajo, contrariamente a su mucho más mediática hermana Paula, modelo y conductora. Su papel más importante lo había tenido en la serie “Argentina. Tierra de amor y venganza”. Según cuenta ella misma, el papel de Máxima le interesó pero pensó que nunca iba a ser la elegida por no parecerse en nada al personaje. Sin embargo, los productores no buscaban una imitación perfecta de la reina sino alguien que pudiera interpretarla, más allá de las similitudes físicas. Sumó mucho que Delfina hablara muy bien en inglés y que, por supuesto, estuviera dispuesta a trasladarse durante meses a Amsterdam y a hacer continuos viajes a Nueva York, Bruselas y Madrid.

A pesar de las diferencias, de los reportajes que Delfina dio tanto a medios holandeses como argentinos, inferimos algunas similitudes. Ella también llegó sola a un país pequeño con una idiosincrasia totalmente diferente a la argentina. Ella también extrañó a su familia y a ese concepto de la amistad tan propio de nuestra cultura. Como ella misma dice, un holandés que llega solo a trabajar a Argentina, al domingo siguiente tiene puesto un plato en la mesa familiar sin demasiado preámbulo mientras que en los Países Bajos los encuentros son en bares y pautados en tiempo y forma. Máxima, tan amiga de sus amigos, habrá sentido lo mismo a la hora de construir lazos en su nueva tierra.

Martijn Lakemeier y Delfina Chaves, en la piel de Guillermo y Máxima / Web

Delfina encontró también un escollo que para ella fue insalvable: el idioma. Aunque la serie está hablada en inglés, hay un largo monólogo que debía decir sí o sí en neerlandés. Se lo dieron al comenzar a filmar y le pusieron un coach pero aún así cuando lo grabó, en el último capítulo, tuvo que decirlo por fonética y repetir la escena ocho veces. En un reportaje que le hicieron en la televisión holandesa dijo que, a pesar de las dificultades, era un idioma que le gustaría seguir estudiando. El entusiasmo se le pasó y ya en nuestro país confesó que le resultaba una lengua inabordable. En eso no se parece a Máxima quien en pocos meses logró dominarla y, aunque con un poco de acento, hoy la habla a la perfección.

Máxima, a pesar de las dificultades, vivió y aún vive su historia de amor. ¿Y Delfina? Mucho se especuló acerca del romance entre ella y el coprotagonista, un actor llamado Martijn Lakemeier. Es cierto que ellos reconocieron que había “química” y que se habían apoyado mutuamente durante el rodaje. Incluso se mostraron juntos y cariñosos durante la gira de promoción pero lo cierto es que Delfina regresó a Buenos Aires y él se quedó en su tierra.

La portada del libro en el que está basada la serie de Máxima / Web

Lo que hizo pensar en el romance fueron las escenas de sexo que aparecen en los primeros capítulos. ¿Son demasiado reales? No queremos adelantarnos por si alguno no vio aún la serie pero diremos que en los Países Bajos crearon cierta incomodidad. Delfina aclaró que si parecen tan naturales es porque contaron con un “coordinador de intimidad”, una figura relativamente nueva dentro de los rodajes que se encarga de mediar entre el director y los protagonistas al filmar escenas de sexo para que nadie se sienta incómodo. En este punto, las similitudes entre la ficción y la realidad son incomprobables pero, a juzgar por la buena sintonía que siempre trasmiten, no creemos que los verdaderos Máxima y Guillermo Alejandro, hayan necesitado de nadie que los asista en estos temas.

“Máxima” es una muy buena serie. Defina Chaves ha captado el espíritu de la protagonista. Ayuda el color de ojos y de pelo que le pusieron y que haya aprendido a caminar como ella. El vestuario también aporta lo suyo pero lo más importante es que se trata de una muy buena dirección de actores e interpretación. No suma demasiados datos nuevos sobre la historia pero es interesante de ver aunque la reina no opine lo mismo y diga que ni leyó el libro ni vio la serie porque total ella lo vivió y no necesita que nadie se lo cuente. Igual, todos opinamos que su curiosidad innata ha ganado la partida.

Hay hasta ahora tres capítulos disponibles y en los próximos jueves se pondrán al aire los otros tres. Siempre por la plataforma Max. Además, ya está en preproducción la segunda temporada. ¿Estamos frente al “The Crown” holandés? El tiempo lo dirá…

Máxima
Máxima Zorreguieta
Guillermo Alejandro de Orange
Delfina Chaves
Martijn Lakemeier

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