VIDEO. En primera persona, el calvario del platense que demandó a un “telo” y les ganó el juicio

Se cumplen cinco años de un caso que trascendió a la Ciudad

Jorge Ruiz, un vecino de La Plata de 65 años, finalmente encontró algo de paz después de ganar un juicio por daños y perjuicios contra un hotel alojamiento que, durante años, hizo de su vida un infierno.

En el corazón del barrio Mondongo, recuerda que vivió una verdadera pesadilla que al cumplirse cinco años de la sentencia, su caso se convirtió en tendencia en las últimas horas. 

Como publicaba EL DIA en 2019, este empleado administrativo logró una victoria trascendental en su lucha contra el Hotel Uno, su molesto vecino durante más de una década. La batalla legal, que culminó en una indemnización de casi 24.000 dólares.

 “Mi patio estaba lleno de desechos: fundas de almohadas, preservativos, latas, vasos... todo tipo de basura”, recuerda Ruiz. La constante perturbación se convirtió en una crisis personal y de salud, que incluso lo llevó a sufrir complicaciones gástricas y estrés severo.

Un problema que afectó su salud

A Jorge Ruíz, estos inconvenientes terminaron por afectar su salud física y mental, así como la alteración de su vida social dentro de la casa. A tal punto escaló el problema que “vivía en el gastroenterólogo” y debió comenzar un tratamiento con un psiquiatra para poder descansar.

El departamento es un pasillo al fondo que fue refaccionado cuando se mudó, en 2007. “Al año y pico, progresivamente, comenzaron a sentirse ruidos en la zona del lavadero. También de las habitaciones pero de día no era tanto, a la noche en esa zona era peor”, recordó. Se encuentra rodeado del hotel, dado que la construcción se ubica “a la izquierda, a la derecha y atrás”. 

“Los ruidos empezaron después de mudarme, no en esa magnitud al principio pero aún así, no debería estar ese ruido. Con el tiempo, a los dos años, empecé con un psiquiatra para dormir. Hoy por hoy solucionaron todo pero en ese momento era insoportable. Venía un amigo con su nieto chiquito y se escuchaban los ruidos”, reveló.

Su vida social estaba afectada. Con los desperdicios en el patio, sumado a los ruidos y no poder dormir, Jorge Ruíz vio alterada su rutina totalmente. Incluso su pareja, cuando iba a visitarlo, sufría estas alteraciones sonoras: “Yo vivía con estrés al punto de empezar a llegar tarde al trabajo de la mañana, donde después me dejaban entrar más tarde pero por eso tuve que dejar el segundo trabajo diurno”. 

“Siempre dormía menos y lo hacía en fracciones de una hora, de a ratos. Después vino el agotamiento porque el cuerpo no da más, el cansancio te tira y empezaron los problemas. Cada uno somatiza como puede y yo vivía en el gastroenterólogo”, sostuvo.

El paso hasta llegar a la instancia final fue largo: “Hubo un intento de arreglo económico luego de cartas documento pero no acepté porque no era un tema económico, era un tema de ruidos. Siguió el proceso legal y yo seguía escuchando los ruidos todo el tiempo”.

Ruíz sumó: “Al tiempo, hubo una mediación con la jueza, la dueña, yo y los abogados de ambos. No se solucionó el problema así que la jueza tomó las determinaciones correspondientes y armó el juicio oral”.

La Plata

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