Las carabelas portuguesas "invadieron" Uruguay y "amenazan" Argentina: ¿Qué pasará con los dragones azules, su peor enemigo?

Aunque puede parecer una historia fantasiosa, se trata de organismos marinos, uno de ellos capaz de provocar quemaduras de tercer grado y fuertes dolores en caso de picadura

El desembarco en Uruguay de una extraña criatura marina ha generado alerta en el vecino país e interrogantes en la Argentina sobre la posibilidad que lleguen a estas costas. Se trata de las "carabelas portuguesas", tan llamativas por sus colores como severas a la hora del ataque.

La Physalia physalis, tal el nombre científico, parece una medusa pero es es un animal que pertenece al grupo de los sifonóforos, lo que significa que no es un solo individuo sino una colonia. Esa característica, la de estar compuesta por distintos individuos, hace que cada uno asuma una función específica para que la carabela flote, capture presas, se alimente y reproduzca.

Son cuatro los tipos de zooides que la constituyen:

- Neumatóforo: crea el "globo" que se puede ver sobre la superficie del agua con capacidad de inflarse o contraerse según las condiciones climáticas, las corrientes o la demanda de alimento.

- Dactiozooides: le dan forma a los tentáculos, que pueden medir entre 20 y 50 metros de largo, y son los elementos de caza con los que inmoviliza a la presa, que suelen ser pequeños peces.

- Gastrozooides: a cargo de digerir los alimentos.

- Gonozooides: responsables de la reproducción.

Pero atención que las carabelas azules tienen además la capacidad de producir picaduras en los seres humanos con lesiones cutáneas severas y reacciones sistémicas.

"Aunque la apariencia de la carabela portuguesa es similar a la de una medusa", señalan desde el Municipio de La Paloma, en Uruguay, "técnicamente no lo es", sino que "es un conglomerado de organismos que cooperan como una colonia para sobrevivir".

A diferencia de otros organismos, no tiene locomoción propia, desplazándose utilizando el "globo" en base al viento o las corrientes. Y lo más importante, el veneno que inyecta en la picadura es capaz de producir dolores muy fuertes, quemaduras de hasta tercer grado y en caso de desarrollar una reacción alérgica puede provocar una arritmia y hasta la muerte.

En caso de sufrir una picadura, lo aconsejable es lavar únicamente con agua salada, no utilizar vinagre, aplicar compresas calientes (en torno a los 40 grados) durante unos 20 minutos y si está en shock, tiene dificultad para respirar o el dolor persiste, consulte a su médico o farmacéutico.

Los "dragones azules" y la batalla en el océano Atlántico

Si bien no es común, tiempo atrás en las costas de España encontraron organismos de unos extraños organismos de colores muy llamativos y apariencia inofensiva. Eran ejemplares de Glaucus atlanticus, conocidos como "dragón azul", integrantes de la familia de los gasterópodos nudribranquios cuyo hábitat es el mar adentro.

A pesar de su pequeño tamaño y aspecto llamativo de color azul intenso, negro y gris, los dragones azules son venenosos y la particularidad es que, según se cree, el veneno lo extraen de sus presas, entre ellas las carabelas azules.

¿Hay espacio para una batalla entre carabelas y dragones azules? Los estudios que se conocen hasta ahora indican que el veneno con el que cuentan los dragones azules son de medusas o carabelas azules y que lo utilizan, precisamente, para inyectárselo a sus presas para cazarlas y alimentarse.

A diferencia de sus "víctimas", el efecto de la picadura de los dragones azules en personas es mucho menos peligroso. Ataca en caso de sentirse amenazado y ante la rozadura con vinagre o agua tibia se puede contrarrestar los efectos que produzca.

Dragones azules
Carabelas portuguesas

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