Alquiler y compraventa, de la IA a lo clásico y personal

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La tecnología también ejerce su influencia en el negocio inmobiliario, en La Plata y el mundo. Hoy, la búsqueda de un nuevo hogar o la concreción de una venta comienzan más allá de los carteles, en los avisos y el entorno digital. Sin embargo, no todo es foto o videito: en esta actividad que se basa esencialmente en las relaciones y la confianza, la experiencia de los compradores demuestra que la eficiencia tecnológica debe complementarse con la gestión personal y profesional para lograr un cierre exitoso.

La provincia de Buenos Aires, incluso, avanza con ideas de digitalización de escrituras y expedientes judiciales, apuntalando la nueva era administrativa.

Así, el mercado inmobiliario está inmerso en un contexto complejo y dinámico impulsado por la tecnología y el acceso a la información. Este fenómeno provocó ajustes en las inmobiliarias y dio lugar al ya denominado campo “Proptech”, neologismo que junta los conceptos de propiedad y tecnología). Entonces, se vincula la computación en la nube con  las soluciones móviles, la inteligencia artificial e Internet para ofrecer respuestas más eficientes.

El cliente tiene acceso a un volumen de información que hace años era impensable. Las tecnologías con mayor impacto incluyen las plataformas online, la realidad virtual (RV) y la inteligencia artificial (IA), que permite que la recopilación y el procesamiento de datos sean más eficientes, potenciando la automatización.

Todo este proceso requiere una inversión constante por parte de las inmobiliarias, aunque el costo-beneficio siempre convence a los profesionales. Una parte importante del capital se destina a la adquisición de software y a la contratación de servicios de marketing digital, así como a la capacitación continua, ya que la evolución del sector es acelerada. Por ejemplo, si bien los tours 360° o las imágenes con drones se contratan a especialistas, muchos agentes resuelven la mayoría del material gráfico con dispositivos de alta gama para mantener la inmediatez y el flujo de la oferta.

El impacto más notable de esta revolución recae en los potenciales compradores y locatarios. Ya no es necesario recorrer la ciudad “a ciegas” para encontrar la propiedad ideal. El acceso masivo a la información a través de plataformas digitales permite a los interesados filtrar, comparar y evaluar inmuebles según sus preferencias y presupuesto, ahorrando una enorme cantidad de tiempo y traslados innecesarios.

Las visitas virtuales han revolucionado el mercado, ya que permiten a los potenciales compradores o locatarios conocer las propiedades sin la necesidad de hacerlo de manera presencial, al menos en una primera instancia. Hoy, el cliente tiene la posibilidad de buscar y comparar propiedades desde cualquier lugar y en cualquier horario, con una amplia visión de lo que busca. Esto permite evitar pérdidas de tiempo y traslados innecesarios, ya que las plataformas ofrecen fotos, videos, descripciones y características detalladas.

A pesar de la automatización de la búsqueda, la concreción de la compraventa sigue dependiendo fuertemente del factor humano. Los expertos del sector inmobiliario recalcan que no todo es posible delegar en la tecnología, especialmente en un rubro que maneja altas sumas de dinero y trámites legales complejos. La actividad se desarrolla en un ámbito digital que cobra relevancia, pero la relación no es solamente presencial.

Ramón Penayo, propietario de “Penayo Propiedades”, destacó la impronta personal y el avance administrativo: “La forma de publicar cambió y también se ve en las escrituras y los expedientes digitalizados. No lo podemos evitar. En nuestra actividad todavía hay algo porque además de las fotos, videos y videollamadas, la gestión personal, las visitas, mostrar una propiedad siempre es personal. Por eso, si bien hasta hay un proyecto de creación de la firma certificada a distancia de los boletos de compra venta, lo personal juega un papel importante aún. Con respecto al alquiler, la gente busca mirar, presenciar más allá de las redes”, analizó.

Gisela Agostinelli, martillera en “Agostinelli Propiedades”, reforzó el concepto: “El gran cambio tecnológico permite nuevas formas de realizar nuestro trabajo, ya sea en ventas como en alquiler de propiedades, alcanzando a los clientes también a través de las redes sociales, optimizando procesos”, dijo y aclaró que “no es posible delegar todo en la tecnología. Se prioriza el encuentro humano con el cliente, eso es fundamental y necesario también, sería una combinación de los aportes de la tecnología con el toque humano. La digitalización de la documentación agiliza las operaciones y también reduce el esfuerzo administrativo.”
La tecnología aporta la agilidad en el acceso a la oferta y en la gestión interna (con la digitalización de la documentación), lo que reduce el esfuerzo administrativo. Pero el asesoramiento personalizado, la negociación y la confianza se construyen en el encuentro cara a cara. Los avances en el sector, impulsados en parte por la experiencia de la pandemia, obligaron a las inmobiliarias a familiarizarse y capacitarse en la era tecnológica.

En definitiva, si bien la “Proptech” simplifica el camino, la etapa clave de la toma de decisiones y la formalización de la operación requieren de la intervención y el expertise del martillero, combinando la eficiencia de lo digital con la seguridad del trato personal.

 

 

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