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Edición Impresa | 15 de Octubre de 2025 | 03:09

Russo y el fútbol
Alejandro De Muro, refiere: “Miguel Ángel Russo sobrellevó, con estoicismo, una enfermedad que, día tras día, lo fue consumiendo de manera artera. No le dio tregua, pero él tampoco quiso aceptarla manso o resignado. Se negó a que el mal lo apartara de su pasión eterna: el fútbol. Podría haber optado por recluirse en su hogar y esperar, inerme, el instante final. Esa tenacidad, la misma que mostró en las líneas medias, tanto en Estudiantes como en la Selección y lo convirtieron en un defensor casi inexpugnable, lo instó a seguir. Con Sabella, Trobbiani y Ponce conformó, en el albirrojo, equipos donde la magia y la sutileza de los nombrados hicieron juego con su capacidad de corte y su avance arrollador. La sapiencia, demostrada en el césped de numerosos estadios, escaló. Mejor dicho, se trasladó hacia un costado. Los bancos de suplentes fueron sus nuevas atalayas. Las zonas donde, como DT, siguió acumulando títulos. Tal vez, hubiese querido que un pitazo final lo encontrara a la vera de un campo. Para marcarle, en el minuto 90, el final de su encuentro con la vida. Lamentablemente, para él, no hubo tiempo suplementario”.
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