Milei y la prueba de liderazgo: cambios, tensiones internas y el pedido de gobernabilidad
Edición Impresa | 25 de Octubre de 2025 | 01:47
Mariano Pérez de Eulate
mpeulate@eldia.com
No caben dudas de que el resultado electoral de mañana será muy importante para el Gobierno: se juega la configuración del Congreso para sus dos últimos años de gestión.
La verdad es que en la Casa Rosada se está pensando en el día después de la elección desde hace varios días. Se estaría imponiendo una premisa, que habría aceptado el núcleo duro libertario: el presidente Javier Milei deberá instrumentar cambios. De su equipo de colaboradores, como primer paso; de la lógica de relacionamiento con los otros actores políticos, como segundo.
Se lo pide el mundillo político vernáculo y hasta el nuevo decisor clave de la economía argentina actual: el gobierno de Estados Unidos, puntualmente el Departamento del Tesoro, oficina a la que Milei ha atado la suerte de su plan económico por la necesidad imperiosa de dólares y la búsqueda de un respaldo político fronteras afuera. También lo exige, o lo pide con maneras diplomáticas, el Fondo Monetario Internacional (FMI), escrutador de las cuentas fiscales argentinas desde la reestructuración del acuerdo por las deudas heredadas y ampliadas.
Pedidos para Milei
¿Qué le piden a Milei? Búsqueda de consensos, extender el espectro de aliados. En definitiva, asegurar una cierta gobernabilidad para una segunda etapa en la que deberían buscarse algunos cambios estructurales. La vieja tarea de hacer política de alto nivel, algo para lo que los libertarios se han evidenciado refractarios, inexpertos o acaso inútiles de acuerdo a lo que se ha visto hasta ahora.
En este sentido, los cambios de gabinete son un hecho. En el plano internacional, es clave la salida del canciller Gerardo Werthein y su reemplazo por el número dos de “Toto” Caputo, Pablo Quirno. En cierta forma Milei ha vuelto, y así lo dijo el Gobierno en el comunicado oficial de designación, al primer Carlos Menem, el de los albores de la década del 90: las carteras de Economía y Relaciones Exteriores como jugadores aliados, socios casi indivisibles en la tarea de relacionar al país con el objeto deseado de alineamiento ideológico y de acercamiento concreto en la materia económico-financiera.
Acercamiento a los gobernadores
En el plano interno, la segunda etapa estará marcada por la búsqueda de acercamientos con los gobernadores aliados y con los que lo han sido pero ahora tomaron distancia por el maltrato soberbio a los que los sometió la Rosada. Sobre todo en el final de 2024 y el inicio de 2025, período en el que el Gobierno creyó que la alta adhesión social inicial al Presidente sería eterna.
Respecto a esto, se producirá un cambio clave: es altamente probable que Guillermo Francos deje de ser el jefe de Gabinete. La dinámica de funcionamiento del Gobierno lo ha desgastado. Gobernadores y legisladores, incluso actores externos, sienten que por encima de él asoma, en términos de influencia real, el asesor sin cartera Santiago Caputo.
Así, probablemente Caputo reemplace a Francos, obligando al consultor a aceptar una alta dosis de exposición y de responsabilidad. Como dijo Francos hace poco en el marco de su pelea con él: hasta ahora no firma nada, pero influye en todo. Milei cambiaría eso si lo entrona como jefe de ministros (un compromiso hasta legal, digamos), lo que marcaría un avance aún mayor de su poder interno, dado que el hombre ya controla muchas áreas claves de la administración a través de alfiles varios.
Administrar tensiones
Pero si eso se da, el Presidente deberá demostrar dotes de eximio líder para administrar la tensión cantada con el otro polo de poder interno: el que encarnan su hermana Karina y el clan Menem (Martín y Eduardo “Lule”), quienes no desaparecerán del entorno presidencial más allá de que deban resignar cierta influencia. Por ejemplo: aceptar que acaso el joven Caputo sea la nueva voz política interlocutora entre las provincias y el Ejecutivo nacional. Tarea que ya estaría acordada con su pariente el ministro de Economía. Quien, por cierto, firma los cheques para los gobernadores. ¿Estará a la altura Milei para imponer ese reseteo y ordenar que no se repita la pelea intestina que surcó sus primeros 20 meses de gestión? Otro de los enigmas a develarse luego de las elecciones de mañana.
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