Por otra muestra de respeto a los que piensan distinto
Edición Impresa | 26 de Octubre de 2025 | 02:06
La elección de hoy para renovar legisladores, que se concreta cada dos años, se sumará a las once presidenciales realizadas desde 1983. Aunque también debieran computarse las elecciones desdobladas que se realizan desde hace tiempo en muchas provincias y este año, por primera vez, en la de Buenos Aires. Y a ellas debieran sumarse desde 2011 las PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) para elegir autoridades partidarias. Sin embargo, estos comicios fueron cuestionados porque no sirvieron para establecer una verdadera competencia interna en los partidos políticos y también por su alto costo.
No fue, desde luego, un lecho de rosas el tránsito del sistema democrático en estos 42 años de vigencia. Hubo que superar las rebeliones carapintadas, varias crisis económicas profundas y una de naturaleza también política, la de 2001, durante el mandato presidencial de Fernando de la Rúa, que renunció en diciembre de ese año y abrió las puertas a un período de grave inestabilidad institucional.
En esas jornadas asumieron cinco presidentes en diez días, hasta que la Asamblea Legislativa decidió que Eduardo Duhalde fuera presidente desde el 2 de enero de 1982 al 25 de mayo de 2003, día en que asumió electo por las urnas Néstor Kirchner.
Pero esos acontecimientos no invalidan la continuidad alcanzada, que hoy se reflejará en la continuidad de 42 años de vigencia del sistema democrático en la Argentina, que si se los confronta con los años de la oscura dictadura del último período militar iniciado en 1976 –con los previos antecedentes de las décadas del 50 y 60, de sucesivos golpes castrenses que interrumpieron varios procesos democráticos- conforman estos últimos un prolongado período de normalidad constitucional.
Es en este sentido que deben ser valoradas en profundidad, sin una visión parcial, las palabras expresadas por Raúl Alfonsín el 30 de octubre de 1983 cuando quedó restaurada la democracia en el país: “Es necesario, absolutamente necesario que todos comprendamos que este día en el que inauguramos una etapa nueva en la Argentina, inauguramos un largo período de paz y de prosperidad y de respeto por la dignidad del hombre y de los argentinos. Este día en que recibimos el saludo alborozado de las democracias del mundo y muy particularmente de las democracias de los países de América Latina, como la de Uruguay, como la de Paraguay. Este día debe ser reconocido por los argentinos, como el día de todos. Acá hemos ido a una elección, hemos ganado, pero no hemos derrotado a nadie, porque todos hemos recuperado nuestros derechos”.
A tal punto que fue así, que cuando el gobierno de Alfonsín fue estremecido por los golpes carapintadas de Rico y Seineldín, la primera presencia que lo apoyó fue la del principal partido opositor, el peronismo. Cuando Alfonsín habló desde el balcón de la Rosada al superarse el último levantamiento, a su lado se encontraba Antonio Cafiero en su condición entonces de principal referente del PJ. Los argentinos habíamos comprendido.
No fueron, como se ha dicho, años de esplendor y reactivación económica. Se profundizó la grieta política y la inseguridad ganó las calles del país. Pero no queda otro rumbo que el de persistir por el camino de la democracia y de las urnas. Fuera de ese marco sólo existe el autoritarismo, más aciago que nada.
El electorado argentino desdramatizó las elecciones y demostró que, más allá de que persistieron fidelidades importantes con los partidos políticos mayoritarios, la ciudadanía supo ejercer con libertad su derecho a elegir y por eso fueron electos gobiernos de distinto signo y algunos de ellos, incluso, de nueva existencia, como Cambiemos que consagró como presidente a Mauricio Macri y la Libertad Avanza que hizo lo mismo con Javier Milei.
Si bien es cierto que también debe modernizarse el sistema electoral vigente, la alternancia ideológica ha sido incontrastable y ejemplar, en estos más de cuarenta años de democracia.
De modo que es de esperar que las elecciones de hoy sean, como las anteriores, otra muestra de civismo y de respeto por los que piensan distinto.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE