Sigue su avance en el mundo el fenómeno de la deforestación

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Si bien las talas e incendios que reducen la superficie forestal mundial disminuyeron su ritmo, la deforestación en planeta sigue siendo demasiado rápida, especialmente en Brasil, informó en las últimas jornadas la FAO, que es la organización de la Naciones Unidas para la agricultura.

Teniendo en cuenta las plantaciones forestales, la “pérdida neta” de bosques en el planeta es de 4,12 millones de hectáreas por año en el período 2015-2025, es decir, dos o tres veces menos que entre 1990 y 2000.

Sin embargo, “los ecosistemas forestales del mundo siguen enfrentando grandes dificultades, con un ritmo de deforestación todavía demasiado alto, de 10,9 millones de hectáreas por año”, señaló la FAO en un comunicado sobre su Evaluación de los Recursos Forestales Mundiales, que se realiza cada cinco años.

Esto equivale a más de 12 km² de bosques destruidos cada hora. Brasil es responsable de más del 70 por ciento de esta pérdida neta, con 2,94 millones de hectáreas por año, aunque alberga 12 por ciento de los bosques del planeta.

Según el observatorio Global Forest Watch, la destrucción de los bosques tropicales alcanzó en 2024 un ritmo nunca visto desde 2002 debido a incendios. En cambio, en 2023, la Amazonía se benefició de las medidas de protección impulsadas en los últimos años por el gobierno brasileño.

La destrucción de los bosques en el mundo fue récord en 2024, debido en gran medida a incendios generados por el cambio climático o intencionales, de los cuales dos tercios del total mundial se concentraron en Brasil y Bolivia, según indicó un estudio de Global Forest Watch.

Es verdad también que se realizan denodados esfuerzos en defensa de la forestación, pero ese avance se ve amenazado por la expansión de la agricultura y, en otros casos, de iniciativas económicas de poderosas impresas o de los propios Estados relacionadas a explotaciones mineras.

Por contrapartida se encuentran en plena etapa de ejecución programas imaginativos, como el de Tailandia, que “bombardea” su propio territorio con semillas de árboles para combatir la desforestación, buscando una fórmula rápida y efectiva para replantar miles de hectáreas afectadas.

En este contexto, nuestro país viene sufriendo también la tala indiscriminada de árboles por parte del hombre, así como los incendios forestales que dejan miles de hectáreas verdes calcinadas, lo que se deriva en graves consecuencias medioambientales, económicas y sociales. Existe, entonces, un desafío múltiple para el planeta y son las autoridades de cada país las que deben enfrentarlo, para evitar que la desforestación pueda convertirse en uno de los factores más negativas para la vida actual y de las futuras generaciones.

 

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