Burger King se va del país y crecen las dudas sobre qué pasa con Starbucks

El grupo mexicano Alsea puso en venta los más de 110 locales de la cadena de hamburguesas. Crisis del consumo y ola de repliegues

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La salida de Burger King de la Argentina se convirtió en el nuevo capítulo de un proceso que ya involucra a varias multinacionales en distintos sectores de la economía. El grupo mexicano Alsea, que administra la operación de la cadena de hamburgueserías, activó la búsqueda de compradores para sus más de 110 locales distribuidos en todo el país. Entre los interesados aparecen la empresa nacional DGSA (dueña de Kentucky), el fondo Inverlat (controlante de Havanna) y el grupo ecuatoriano Int Food, propietario de Wendy’s y KFC en la región.

La operación no significa la desaparición de la marca: el objetivo es transferir la red de restaurantes a un nuevo operador que garantice la continuidad de los locales y los puestos de trabajo. En paralelo, Alsea confirmó que mantendrá su negocio de Starbucks en la Argentina, donde cuenta con más de 130 cafeterías y más de 1.700 empleados. Sin embargo, la presión sobre el consumo, la caída de las ventas y la crisis global de la propia Starbucks alimentan la preocupación por el futuro de la compañía en el mercado local.

Starbucks enfrenta dificultades en su mercado de origen. En Estados Unidos acaba de anunciar el cierre del 1% de sus tiendas en Norteamérica, lo que implica la baja de al menos 400 locales y el despido de mil empleados. Sus ventas acumulan seis trimestres consecutivos en caída y sus acciones perdieron casi un 10% de valor en lo que va de 2025. Ese deterioro repercute en licenciatarios de todo el mundo, incluido Alsea, que ya tomó medidas de ajuste en otros mercados.

En la Argentina, Starbucks logró expandirse en grandes ciudades como Buenos Aires, La Plata, Rosario, Córdoba y Mendoza. Aunque no lidera en volumen de ventas -ese lugar lo ocupa YPF Full, con casi 3 millones de cafés al mes-, sí consolidó un posicionamiento de marca fuerte en el segmento urbano de consumo masivo. La incertidumbre económica y la pérdida de poder adquisitivo, sin embargo, podrían obligar a replantear la estrategia en el corto plazo.

El caso de Burger King refleja un deterioro que se venía gestando desde antes de la pandemia. La cadena perdió el segundo puesto en el ranking de hamburgueserías frente a Mostaza, cerró locales emblemáticos como el de Corrientes y Florida, y nunca logró recuperar rentabilidad pese a ampliar su oferta con productos saludables. La crisis del consumo -según la AHRCC cayó entre 20% y 30% en el último año- terminó por acelerar la decisión de venta.

La salida de Burger King se inscribe en una ola de repliegues internacionales que afecta a múltiples sectores. Carrefour avanza en la venta de su operación local con más de 600 supermercados; Paramount se retiró del negocio de medios al vender Telefé; la brasileña InterCement busca desprenderse de Loma Negra; y Swiss Medical recuperó el control de Diagnóstico Maipú, que estaba en manos del grupo brasileño Dasa.

El proceso de ventas de empresas abre la puerta a una “argentinización” de activos locales

El sector financiero también vivió un cambio de peso: HSBC vendió su filial argentina al Grupo Financiero Galicia por U$S550 millones. En consumo masivo, Clorox traspasó Ayudín y Poett al fondo Apex Capital, y Procter & Gamble vendió su operación local a Newsan. Incluso en el agro y la energía se registraron movimientos: Nutrien negocia la venta de su parte en Profertil y TotalEnergies transfirió activos de Vaca Muerta a YPF.

El denominador común de estas operaciones es el mismo: la Argentina dejó de ser prioritaria en la estrategia global de grandes corporaciones. Altos costos operativos, dificultades para girar dividendos, presión impositiva, volatilidad cambiaria y un mercado interno en retracción explican la salida de capitales extranjeros.

Al mismo tiempo, el proceso abre la puerta a una “argentinización” de activos. Fondos locales y grupos empresariales aprovechan la retirada de gigantes para expandirse en rubros antes dominados por multinacionales. Newsan, Galicia, Swiss Medical, Inverlat y DGSA aparecen entre los protagonistas de esta transformación.

Los analistas del sector advierten que el retiro de Burger King es un símbolo más de un fenómeno más amplio: la pérdida de atractivo de la Argentina como destino estratégico de inversión. Aunque las marcas suelen permanecer bajo nuevos dueños, el mensaje hacia el exterior es claro: la volatilidad local obliga a las multinacionales a reducir su exposición.

 

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