El interior golpeado también por el mal estado de los caminos de tierra

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Mientras arrecian las protestas de vecinos y productores rurales del interior bonaerense por el mal estado de los caminos de tierra y de los campos en una vasta región gravemente afectada por las inundaciones, se realizó en las últimos jornadas un nuevo encuentro entre autoridades municipales, provinciales y una delegación de Nación, para abordar el problema del excedente hídrico que afecta a unas 5 millones de hectáreas.

Según se aseguró en un comunicado del Gobierno provincial “ya se mejoraron 5.000 kilómetros de esa red”. Se dijo también que el ministerio de Desarrollo Agrario, en el periodo 2024-2025, tiene seis proyectos finalizados, 28 en ejecución y dos en circuito administrativo, dentro del Plan Estratégico de Mejora de Caminos Rurales.

En la reunión realizada en el municipio de 9 de Julio el eje del encuentro estuvo centrado en la coordinación para analizar el estado de situación regional por el exceso hídrico en las distintas localidades y zonas rurales del centro bonaerense.

El informe añadió que durante este año se destinaron fondos provinciales a los municipios para el mantenimiento de los caminos rurales y se reforzó esa partida con $2.000 millones.

De todos modos, no dejan de hacerse sentir las protestas de entidades, productores y vecinos por el pésimo estado de muchos caminos rurales de la Provincia.

En los reiterados reclamos piden una mayor inversión y también control sobre el uso de las tasas viales. Hace muchos años que esos sectores aseguran que el deterioro de las redes viales de tierra complica a la producción y al acceso a servicios básicos.

Han sido también comunes en estos años los reclamos de productores de distintas zonas del territorio bonaerense –entre ellos los de Magdalena y Punta Indio, así como del cercano polo frutihortícola platense- por la inacción de las distintas administraciones en acercar soluciones al problema de los caminos rurales.

Desde luego que el problema no concierne en forma excluyente a la producción agropecuaria, sino que incide en la dinámica de pueblos y ciudades que quedan aislados, con estudiantes que no pueden acceder a las escuelas entre otros perjudicados por una situación endémic que se arrastra desde hace varias décadas.

En especial, desde que Vialidad provincial perdió predicamento en la década de los 90 y dejó de atender el mantenimiento de los caminos rurales, entre otros deterioros funcionales sufridos por una repartición que hizo punta en el país por su eficacia.

En agosto pasado referentes de la producción rural advirtieron a este diario sobre la falta de adecuación de las rutas rurales al crecimiento del parque de maquinaria agrícola: “Hoy las máquinas que están sembrando, la mayoría son sembradoras y tractores grandes, y los caminos han quedado chicos. Hace falta mucho trabajo para mejorarlos”.

Tal como se dijo, además de las complicaciones logísticas a la producción y traslado de granos y animales, el mal estado de los caminos –hoy totalmente anegados en muchos casos- dificulta la conectividad y dinámica general, impide la llegada a las escuelas y el acceso a muchos servicios básicos en la zona.

Es de esperar que se apliquen cuanto antes fórmulas que permitan superar los múltiples problemas que acarrean las redes camineras intransitables.

Está claro que, en esas condiciones, los caminos rurales provocan trastornos, demoras, incomunicación e incumplimientos a las poblaciones, así como toda clase de pérdidas a los sectores ganaderos, agrícolas, lecheros y a la industria relacionada, así como también a la dinámica general de la economía y de la vida social.

 

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