¿Principio de revelación? Cómo Milei revirtió su suerte

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Luis Tonelli

eleconomista.com.ar

El triunfo fue la sorpresa. Inesperado. De vuelta, nadie la vio, y Milei volvió a ser el Milei que su público quiere: el que se mofa de todos, de nuevo, con un “no la ven”. No importa que por meses Milei mismo no la estuvo viendo. Todo lo contrario. Esto hace al triunfo todavía más espectacular. O sea, ideal para nuestras red carpet democracies. Esas votocracias que son en esencia un casting de personajes, antes que de personalidades.

Paradojas de nuestro tiempo: resulta secundario de que elecciones se trate y de lo que esté en juego en términos institucionales. Lo que vale es el status de evento onda Disney Channel y que se pueda sentenciar desde medios y redes quien “ganó” y quien “perdió” (aunque sea por unos pocos votos de una mesa en Perico). Esto sí que merece la sentencia acida de Jorge Luis cuando acusaba a la democracia de ser una exageración estadística.

Pero deconstruyamos los resultados electorales en estás épocas de “constructores”, como Andrés Malamud llama a estos años Trump. En realidad, nuestra glosa del lema trumpista MAGA (Make Argentina Great Again) puede que no sea más que otro episodio de la saga TETRA (Trying Ever To Remake Argentina).

El Eterno Retorno argento se manifestó nuevamente. Un candidato no peronista se recupera en los llanos bonaerenses de una elección previa negativa. Sin embargo, un caso todavía más brutal de reversión electoral fue el de María Eugenia Vidal, quien obtuvo 1.200.000 votos más en la general para gobernador que en las PASO anteriores de 2015. Los pundits sindicaron a mi coterráneo Aníbal “El Morsa” Fernández de espantar el voto peronista, pero en realidad, el quilmeño perdió una fracción mínima del voto que había ido para su contrincante en la PASO del Frente para la Victoria, para Julián Domínguez.

Esta vez, una vasta primera minoría de argentos votamos integrar una suerte de United Virtual States and Provinces Abducted by Donald Trump. De la clase media para arriba se votó a que el Orange la sigo poniendo. Pensar que el lema “Braden o Perón” estuvo en la génesis del Justicialismo. Has recorrido un largo camino, muchache.

Errores de los unos y los otros

En septiembre, el gobierno nacional se equivocó en globalizar una elección local. En octubre, Kicillof se equivocó en hacer local una elección global para jubilar a CFK. Sin embargo, fue la boleta única de papel, antes que la falta de tracción por parte de los intendentes conurbanos bonaerenses, la que incidió sobre el resultado adverso. Florencio Randazzo de Provincias Unidas, la opción alternativa para el electorado peronista, solo obtuvo unos 200.000 votos, pero La Libertad Avanza aventajó a Fuerza Patria nada más que por 30.000 votos. Atrayendo un 15% de ese voto hubiera ganado las elecciones.

La participación, en la provincia de Buenos Aires, aumentó, no decayó. La remontada fue espectacular en números y, además, porque fue contra corriente. Los 300.000 sufragantes que esta vez se dignaron a comparecer ante las urnas votaron todos a La Libertad Avanza. Si a esto se le suma lo que en las legislativas habían obtenido otras fuerzas, caso Somos Buenos Aires, que había cosechado más de 500.000 votos el 7 de septiembre pasado, nos da la tremenda recuperación de los violetas pocas semanas después del porrazo anterior.

El sociólogo Luis Costa ha realizado unos mapas fantásticos de correlación entre el electorado que alimentaba el voto de Juntos por el Cambio y el que hoy lo hace por Milei. Son idénticos. Hoy JxC es “Javo por el Cambio”. Lo que no debería llamar la atención, salvo porque este electorado es diferente del que lo llevó a la Presidencia en 2023. Ese tenía una pata peronista (la de los PPP, “pibes pobres peronistas”) que hoy perdió. Hoy La Libertad Avanza ha pasado a ser una de las orillas de la Grieta tradicional.

En el resto de las provincias, cuando el mandamás provincial se puso la camiseta violeta, la yunta fue imbatible y cosechó más del 45% (en CABA, Mendoza, San Luis y Entre Ríos). En aquellos distritos en donde el oficialismo provincial había ganado las elecciones locales, pero no se alineó claramente en contra de Milei respecto a su política nacional, el gobernador perdió. Fue como optar entre Nike y La Salada, teniendo sus productos el mismo precio.

En lo que respecta a ese fenómeno que solía conocerse como peronismo (en eso imita al cantante Prince), todos sus caciques se habían ilusionado en ganar lo que vieron como una interna propia, ya que descontaban la derrota de Milei que no se dio. AL final, perdieron todos: Axel, en su distrito; Cristina Fernández, en lo nacional, acusada de ponerle una tobillera a la performance peronista; y los gobernadores de Provincias Unidas que pedían la pelota en el área para meterla de palomita, y en cambio, cabecearon un ladrillo en contra de su arco.

Que el Presidente, aplique renovadamente el Principio de Revelación, que se victimice acusando a la casta de impedir las reformas. Y que este se convierta en el motivo por el cual reclame el voto para construir con su reelección el gobierno mayoritario al que aspiró siempre. Pero paciencia. Faltan varios milenios hasta 2027 (hay que recordar que apenas días atrás Milei estaba en terapia intensiva, y hoy algunos ya pretenden coronarlo campeón olímpico de los 1.000 metros con vallas).

Ya se verá el camino que elige el Presidente. El que eligen sus socios. El que eligen sus competidores. Y, fundamentalmente, el que elige, su amigo Donald Trump, quien está asistiendo al reverdecer del Partido Demócrata y al ascenso de Zhoran Mandani. El nuevo alcalde de Nueva York, que parece haber sido diseñado por la IA como la antítesis perfecta del perfil de playboy-magnate-presidente que ha ostentado Trump.

 

Milei

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