El Santos de Pelé (Parte I)
Edición Impresa | 2 de Noviembre de 2025 | 04:30
          Por CAMILO CANEGATO
“El secreto de la magia es que vos quieras ver la magia, que te dejés llevar por la ilusión para entrar en el reino de la fantasía.” Roberto Lúas.
Los fines de semana solía ir a ver un partido con mi abuelo. Uno del ascenso, del campeonato local o las ligas de Europa. Le llevaba unas facturas, tomábamos unos mates y después unas cervezas con unas pizzas. Una vez traje unas medialunas con unas cervezas artesanales, rara combinación. Creo que jugaba Platense contra uno de los Estudiantes de la Primera Nacional.
-¿Sabés que vi al Santos de Pelé? -Dijo de repente, ante ese aburrido partido.
-No abuelo, no sabía.
En realidad, me lo había contado varias ocasiones. Era un gran narrador de historias (creo que eso hace un escritor, contar historias). En cada ocasión le adicionaba algo, un detalle, un alargamiento, una pausa y enriquecía la historia. Mi abuelo sirvió el vaso de cerveza con mucha espuma como le gustaba, se acomodó el pantalón y comenzó su relato.
“Dos veces vi jugar a Pelé, la primera vez un rato en el Bosque cuando empatamos dos a dos con el Santos; la segunda en La Bombonera por un partido de Copa. Le había dicho a tu abuela que tenía guardia nocturna en la destilería, pero terminé antes y lo llamé a tu tío. Agarramos la “Siambretta”, una plata que era para comprar un mueble y nos fuimos a la cancha. No existía la autopista Buenos Aires-La Plata, había que ir por los bajos, agarrar el Camino Centenario hasta la rotonda Alpargatas, el camino hasta Avellaneda, creo que La Calchaquí, Avenida Mitre y cruzabas El Puente a La Boca.
En ese momento, La Copa Libertadores era la “Copa de Campeones de América”. El Santos había ganado tres a dos en el Maracaná y los bosteros creían que podían darlo vuelta. Sabés que soy de Gimnasia, pero era el “Santos de Pelé” y era otra época, se iba a otras canchas sin problemas.
En Boca jugaba el “Nene” Sanfilippo, el que habla boludeces en ese programa deportivo, Marzolini, el pica piedras de Rattin y un pibe que la rompía, Ángel Clemente Rojas; en el Santos, además del Rey, estaba su lugarteniente y socio el “virrey” Coutinho. La clasificación era difícil de explicar, si ganaba Boca había un tercer partido en Montevideo. El campeón de la copa pasaba directamente a la Intercontinental y a la semifinal de la copa entrante; eso favoreció varias veces a los contras.
Continuará...
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