La chica de la tapa: Sydney Sweeney, la diva del año, vuelve al cine

La actriz del video de los Stones es lo más parecido a una estrella de cine que tiene hoy Hollywood, con polémicas incluidas. Mientras busca una nominación al Oscar por su película sobre una boxeadora, llega a la pantalla grande con la picante “La empleada”

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Es la actriz del momento. Por su presencia en la pantalla: “La empleada”, que llega el viernes a los cines locales (en calidad de preestreno), es su quinto proyecto del año. Pero también por su presencia fuera de ella, tras protagonizar un escandalete en torno a un aviso de jeans y coquetear con el partido republicano. Sydney Sweeney es hoy una presencia insoslayable en Hollywood, y en una industria que se ha quedado sin estrellas (cualquiera puede ser un influencer, y olvidado el día después), es lo más parecida a las divas de antaño que tiene el cine hoy.

La rubia incluso ha jugado a ser Marilyn en la alfombra roja, como hizo recientemente al presentar “La empleada”, sátira negra de Paul Feig que ofrece una mirada deliciosa y subida de tono a la depravación secreta de los ultra ricos, aunque está tan bien construida que no queda claro quién es malo y quién es bueno. A mitad de la película, todo da un giro inesperado y todo lo que esperabas se desvanece.

Sweeney interpreta en la película a Millie Calloway, una chica con mala suerte y un pasado turbulento que vive en su coche y responde a un anuncio para trabajar como empleada doméstica interna en un elegante barrio residencial de Nueva York. Su currículum es falso, al igual que sus referencias.

De alguna manera, la señora de la mansión, Nina Winchester, interpretada con gélida excelencia por Amanda Seyfried, vestida con perlas y prendas de punto color crema, se encapricha de esta joven alma. “Tengo un muy buen presentimiento sobre esto, Millie”, dice con ese tono alegre, ligeramente enloquecido y entrecortado con el que Seyfried siempre arrasa. “Esto va a ser divertido, Millie”.

Así, las dos blondas interpretan personajes que oscilan entre los roles de víctima y perpetradora en el thriller en la película basada en el libro homónimo de Freida McFadden, construyendo una dinámica de poder cambiante, donde la manipulación y la violencia doméstica no solo atraviesan el vínculo matrimonial, sino que se proyectan también sobre la trabajadora, atrapada en una estructura de control en la que participa de forma ambigua y seductora.

EN TODAS PARTES TODO EL TIEMPO

El picante thriller es uno de tres proyectos negros en los que ha trabajado la actriz este año. Protagonizó “Inmaculada”, donde quería estar “empapada” en sangre para meterse en su personaje en esta película de terror sobre monjas que se vio en marzo. Y además estrenó en Apple TV+ “Echo Valley”, donde trabajó con Julianne Moore y encarnó a un personaje “despiadado”.

Además, estrenó también “Eden”, película que todavía no se estrenó en Argentina y que definió como una versión para adultos de “El señor de las moscas”. En todas, puso esa desbordante sensualidad al servicio de la intriga y la oscuridad. Y repite una y otra vez que todo es natural, que no se ha hecho cirugías.

Quizás por eso la convocaron de una marca de jeans para realizar un provocador aviso que aseguraba que la blonda tenía “buenos jeans”, pero jeans en inglés suena como “genes”, tiñendo la campaña de polémica.

¿Era ingenioso, era provocador, o era directamente un aviso racista que fortalecía estándares de belleza imposibles? Sydney tuvo que lidiar durante meses, en medio de las campañas promocionales de sus muchos proyectos, con las preguntas sobre el asunto. Gambeteó como pudo, pero cuando fue defendida por Donald Trump (y se viralizaron videos de ella blandiendo armas que la relacionaron al partido republicano) la cuestión se metió en la grieta norteamericana y se le fue de las manos.

No todo es escándalo, sin embargo: mientras prepara su regreso a la premiada serie “Euphoria”, donde se consagró, busca su primera nominación al Oscar por otra película que aún no se ha estrenado, “Christy”, sobre la vida de la boxeadora Christy Salters Martin. Pionera del boxeo femenino que surgió de Virginia Occidental como la “hija del minero del carbón” para llegar a la cima de su entonces incipiente deporte, la película retrata los abusos psicológicos y físicos que sufrió de parte de su entrenador y marido (incluyendo un intento de asesinato) y su intento de negar su identidad homosexual.

A esos condimentos se suma una tremenda transformación física para encarnar a la boxeadora, todas cosas que le gustan mucho a los votantes de Hollywood: entonces, a pesar de la polémica, Sweeney tranquilamente podría convertirse en una de las cinco nominadas al Oscar como mejor actriz. Y quién sabe si no gana.

La actriz está en todos lados: “La empleada” es su quinto estreno de la temporada

 

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