Siete novelas, un espadachín y un imperio en declive

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Antes de que Diego Alatriste llegara a París, la saga de Arturo Pérez-Reverte ya había construido un sólido recorrido por la Europa del siglo XVII, combinando aventuras de capa y espada con una mirada crítica sobre el poder y la decadencia del Imperio español. En El capitán Alatriste se presenta al veterano soldado de los tercios y a Íñigo Balboa, su joven escudero y narrador, en un Madrid áspero y empobrecido. La historia continúa en Limpieza de sangre, atravesada por la amenaza de la Inquisición y las intrigas cortesanas, donde el honor y el linaje pueden ser tan letales como una espada.

La saga se expande con El sol de Breda, que traslada la acción a los campos de batalla de Flandes y ofrece una visión descarnada de la guerra, lejos del heroísmo épico. Luego, El oro del rey se sumerge en los intereses económicos del imperio y en los peligros que rodean a las flotas cargadas de metales preciosos, mientras que El caballero del jubón amarillo devuelve a Alatriste a la corte madrileña, enfrentado a duelos, celos y a la sombra del propio rey Felipe IV.

En Corsarios de Levante, la aventura se desplaza al Mediterráneo, entre galeotes, piratas y combates navales, ampliando el horizonte geográfico y moral del personaje. Finalmente, El puente de los asesinos sitúa a Alatriste y a sus compañeros en Venecia, envueltos en una conspiración política de alto riesgo.

 

Arturo Pérez-Reverte
Diego Alatriste

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