Ya se ventila la causa conexa a la muerte de Johana
Edición Impresa | 21 de Marzo de 2025 | 05:14

A siete años del hallazgo de parte del cuerpo de Johana Ramallo, ocho sospechosos empezaron a ser juzgados la próxima semana por delitos paralelos al crimen de la joven, que se desprendieron de la causa por femicidio.
El proceso judicial, por los delitos de explotación sexual, comercio de estupefacientes, promoción y facilitación de prostitución ajena y encubrimiento agravado, empezó en la jornada del miércoles pasado. Todos los imputados, según determinó la Justicia en su primera instancia, tenían un vínculo con la “zona roja”, donde trabajaba la víctima.
Se trata de Carlos “Cabezón” Rodríguez, Hernán D’ Uva Razzari, Hernán Rubén García, Carlos Alberto Espinosa Linares, Mirko Alejandro Galarza Senio, Celia “La Negra” Benítez; Paola Erika Barraza, alias “Tormenta”; y Celia Giménez.
Rodríguez enfrenta acusaciones por varios delitos, entre ellos falso testimonio, encubrimiento agravado, promoción y facilitación de la prostitución ajena, explotación sexual de varias mujeres y comercio de estupefacientes. Él mantenía una aparente relación sexoafectiva con Ramallo y acordaba encuentros a través de las redes.
Las tres mujeres procesadas enfrentan cargos por explotación económica de la prostitución ajena, el mismo delito por el que serán juzgados García, Espinosa Linares y Galarza Senio, quienes también están acusados de comercio de estupefacientes. Por su parte, D’ Uva Razzari está señalado por explotación sexual de su expareja, encubrimiento agravado y falso testimonio.
En agosto de 2018, la Policía halló restos mutilados en las costas de Berisso, pero la confirmación de que pertenecían a Johana Ramallo no llegó hasta 2019. La última imagen registrada de ella proviene de una cámara de seguridad de una estación de servicio en La Plata, en 1 y 63, donde fue captada ingresando a un baño, el mismo 26 de julio de 2017, día en que desapareció. Sin embargo, a casi ocho años, las pericias no pudieron determinar cómo fue que el hecho que concluyó en su muerte.
Dos meses antes se había separado del padre de su hija, había vuelto a vivir con su madre y, debido a dificultades económicas, había comenzado a ejercer la prostitución.
“Cabezón” Rodríguez y “El Ruso” D’Uva Razzari son los dos imputados más comprometidos en la causa, ya que ambos, se indicó, “explotaban sexualmente a sus parejas”.
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