El cuerpo, un conjunto de órganos poéticos

Hay libros que interrogan la mente y otros que exploran el cuerpo. “Anatomía Sensible” de Andrés Neuman pertenece a la segunda categoría, pero con una particularidad: aquí, el cuerpo no es solo un objeto de estudio, sino un territorio de emociones, historia y significado. Publicado en 2019, este libro fusiona poesía, ensayo y aforismo para construir un mapa literario del cuerpo humano en toda su complejidad.

Conocido por su prosa lírica y su inteligencia reflexiva, Neuman disecciona el cuerpo no desde la frialdad médica, sino desde la subjetividad más profunda. Cada parte anatómica que menciona –ojos, manos, piel, lengua– se convierte en una puerta hacia la memoria, el deseo y la identidad. Así, lo corpóreo deja de ser un simple conjunto de órganos y se transforma en una excusa para hablar de lo humano en su totalidad.

Uno de los mayores logros del libro es su capacidad para equilibrar lo poético con lo ensayístico. Neuman, a través de las 120 páginas de la obra, no se permite sentimentalismos fáciles, pero tampoco reniega de la emoción. Su mirada es quirúrgica y precisa en el análisis y a la vez, profundamente humana en la ejecución. Su escritura se nutre de imágenes precisas, que evocan lo sensorial sin caer en la redundancia.

“Trascendencias de la piel”, “Magnitud de la cabeza”, “La peca y el intersticio”, “Un pene sin atributos”, “Panfleto de la nalga”, “La nariz como utopía y “La sien alucinógena” son algunos de los 32 capítulos que tiene el libro. Los poéticos títulos, que combinan el órgano del cuerpo con una mirada sensible, describen a la perfección la búsqueda soberana del libro: una visión poética del ser humano.

El autor juega con la fragmentación, un recurso que le permite abordar cada parte del cuerpo como un mundo en sí mismo. No hay una estructura lineal, sino una serie de reflexiones que avanzan como quien recorre una galería de arte: con asombro, con pausa, con una mezcla de fascinación y extrañeza. En este sentido, el libro dialoga con tradiciones tan diversas como la poesía japonesa, la literatura filosófica y la escritura de autoras como Marguerite Duras o Anne Carson.

Para un lector acostumbrado a narrativas más convencionales, “Anatomía Sensible” es un desafío. No hay una historia con inicio y fin, sino un tejido de ideas y sensaciones que invitan a una lectura pausada. Sin embargo, quien se deje llevar por su ritmo descubrirá una obra que ilumina lo cotidiano con una lucidez inusual.

Recomendar este libro es recomendar un ejercicio de introspección. No es una obra para devorar en una tarde, sino para leer en pequeñas dosis, dejando que cada fragmento resuene en la propia experiencia. Andrés Neuman logra lo que pocos escritores: hacernos mirar nuestro propio cuerpo –y nuestra propia existencia– con una nueva sensibilidad.