César Emir Liberatore

Para muchos platenses, la vida dejó de ser la misma el pasado 6 de marzo cuando César Emir Liberatore se despidió de esta tierra. Sesenta y ocho años le bastaron para cumplir todo tipo de sueños: llevar a lo más alto a su empresa familiar, participar de la Comisión Directiva del club de sus amores y ser un exponente del Rally Argentino. Sin embargo, lo más importante para él eran “siempre, su familia y amigos”, se explica en su círculo íntimo.

El “Tano”, había nacido el 13 de julio de 1956. Cursó el primario en el Colegio Santa Margarita y en el secundario se inclinó por la formación técnica. A los 15 de años se recibió de dibujante técnico.

Aunque no logró terminar la escuela, desde muy joven comenzó a trabajar en el taller de herrería de la familia, en calle 69, entre 4 y 5. Con la muerte de su padre en 1992, se hizo cargo de la empresa que comenzó con 6 empleados y hoy tiene 35.

La firma participó en obras como el techado de la Estación de Trenes de La Plata o el enrejado del Teatro Argentino.

Estudiantes de La Plata fue más que un club para el “Tano”: un amor que comenzó a los 7 años, que lo llevó a forjar amistades eternas y lo empujó a recorrer todo el mundo siguiendo al “Pincha”: el interior del país, toda América Latina y hasta Dubai. La pasión creció a tal punto que del 2011 al 2014, integró la Comisión Directiva como Secretario del Fútbol Amateur.

Como si fuese poco, en 2006 comenzó a participar de carreras de Rally, logrando ganar carreras en su categoría y coronarse como Subcampeón en el Rally Federal: “Para él fue como tocar el cielo con las manos”, confesó su hijo.

Padre de Luciano y Agostina, César se caracterizó por su facilidad para hacer amigos, un carácter fuerte, una perseverancia única y una actitud positiva admirable.

En 2015, una enfermedad lo puso al borde de la muerte, lo alejó del Rally y lo depositó en el golf, su última gran pasión.

Sin embargo, a los últimos 9 años de su vida “los tomó como un regalo” se destacó en el entorno familiar. Hizo viajes de todo tipo y logró conocer a sus nietas, Francesca y Vittoria, que para él, fueron sus últimos dos regalos de la vida.