El poliamor, de aquella moda pasajera a un gran cambio de paradigma
Edición Impresa | 13 de Abril de 2025 | 05:51

En los últimos años, la idea de relaciones no monógamas ha dejado de ser una curiosidad marginal para convertirse en un tema de conversación frecuente. El poliamor, entendido como la posibilidad de mantener vínculos afectivos y sexuales consensuados con múltiples personas simultáneamente, ha ganado visibilidad en Argentina. Para algunos, se trata de una tendencia pasajera, mientras que otros advierten que es una transformación estructural en la manera de vincularse afectivamente.
Según encuestas recientes, el poliamor es más aceptado entre los jóvenes de entre 18 y 25 años, aunque también ha encontrado adeptos entre adultos mayores de 65. Los socólogos explican que este fenómeno responde a cambios en las concepciones de pareja y familia, impulsados por movimientos feministas y de diversidad sexual. “Las nuevas generaciones han crecido en un contexto donde la monogamia ya no es la única opción aceptable”, señalan.
En el ámbito terapéutico, los psicólogos advierten que el poliamor plantea desafíos emocionales particulares, como la gestión de celos y la comunicación constante entre las partes involucradas. “No se trata simplemente de sumar más personas a una relación, sino de redefinir la confianza y la transparencia”, explican. Añaden que quienes se inclinan por esta modalidad suelen valorar la autonomía individual y la autenticidad en los vínculos.
Desde la perspectiva de los coach ontológicos, la creciente popularidad del poliamor también responde a un cambio en la concepción del deseo y la autorrealización. “Las personas buscan experiencias de vida que reflejen su verdadera identidad, y el poliamor aparece como una vía para explorar distintos tipos de amor sin restricciones sociales impuestas”, destacan.
Por su parte, terapeutas especializados en relaciones de pareja advierten que no todos los modelos de poliamor funcionan del mismo modo y que la clave está en el acuerdo mutuo. “No hay una sola forma de ser poliamoroso, algunas personas prefieren relaciones jerárquicas con un vínculo principal y otros eligen estructuras totalmente equitativas”, explican.
Sin embargo, la discusión no es solo emocional. Desde el campo de la actividad física, algunos personal trainers han notado un impacto en el bienestar general de sus clientes. “El estado emocional influye en el rendimiento físico. Algunos que practican el poliamor nos cuentan que han reducido el estrés y han mejorado su autoestima al poder expresar su afectividad libremente”, comentan.
A pesar del crecimiento del interés en este tipo de vínculos, la mayoría de la población argentina sigue prefiriendo la monogamia. Sin embargo, los expertos coinciden en que el poliamor dejó de ser un tabú y se ha convertido en una alternativa válida para quienes buscan desafiar las normas establecidas sobre el amor y la pareja. “No es una moda, es una forma de relacionarse que llegó para quedarse”, concluyen los especialistas.
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